El viaje

Hola,

Ayer realicé mi gran aventura en el campo de la conducción desde que tengo permiso de conducir. Yo, persona que utiliza el coche como medio de transporte interurbano, ya que es imposible ir a cualquier parte de Barcelona o L'H en coche, y siempre en distancias "cortas", ayer me hice unos 300 Km (ida y vuelta) en estas carreteras que nos rodean.
La ida muy bien, todo lo bien que se puede ir cuando mi padre te guía, pero no había mas opciones. El coche alcanzó velocidades de 3 cifras, que ni él sabía que podía alcanzar. Comprobando que la sensación de velocidad no es la misma en autopista que en ciudad. Conociendo todos los peajes que nos rodean a los catalanes (creo que pagué hasta para ir a mear), por nuestro bien y para que después la Generalitat pillé un camino de cabras le eche un poco de alquitrán y le llame carretera comarcal. Comprobando como desciende la fauna ibérica, conté unos 5 conejos menos. Bien, espero que fueran conejos y no ratas gigantes. O comprobando lo mal señalizado que están algunos lugares.
El día en Palamós la mar de bien. Visita a la parte 1 de la familia, visita a la parte 2, playa con sol increíble y agua fantástica, comida con familia 2, paseo por Palamós, cena con familia parte 1 y vuelta.
La vuelta fue muy distinta. Si siempre has conducido de día, o de noche por la ciudad, no sabes que es lo que es conducir de noche, por carreteras comarcales, sin una luz, lo único que vez son las rayas blancas del suelo, siempre y cuando los coches que vienen por el otro carril en sentido contrario no te deslumbren. Y luego salir a la autopista, donde solo están iluminados los peajes, será para que veas bien la cara a los que te roban, donde los retrovisores dejan de tener servicio. Si hay coches detrás tuyo te deslumbran y no ves nada, sino hay nadie solo hay negra oscuridad...
Pero con todo me gusto mucho la experiencia y espero repetir.

Adeu.

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