Yo colecciono, tu coleccionas
Hola,
Hace un año mi madre trabajaba en un kiosco, pero hace un año no tenia blog ni web propia. Así que este post va en favor de los pobres quiosqueros.
Llega esta época del año y la publicidad se llena de fascículos coleccionables. En un corte publicitario puedes ver spots de colecciones de carros de combate, relojes de época, relojes sin época, plumas estilográficas, coches teledirigidos por piezas, cartas autorizadas por el señor Fournier, a Heidi, maestros del blues, jazz, ópera, casitas de muñecas, Mariquita Pérez, DVD de todo tipo, libros........ la lista seria interminable. Todos los fascículos a precios de risa, 1 € o 2 €, que al pasar al siguiente número se multiplicará por 3 y por 4 al tercer número.
Yo como la mayoría, al acercarme a mi quiosco, porque todos tenemos un quiosco que hacemos propio, como nos pasa con la panadería, el super, el bar, o la consulta de la seguridad social, me acercaba a curiosear para encontrar alguna cosa curiosa a poco precio.
Desde la experiencia en el quiosco con mi madre, al entrar en un quiosco puedo detectar la suplica de la mirada del quiosquero de turno, esperando a que te lleves algo aunque sea la colección del perrito piloto. Y la razón de todos es la misma, la falta de espacio.
Si vais a vuestro quiosco en época normal, veréis que siempre esta lleno de revistas y periódicos. Pues esa es la capacidad máxima del local (parecen mas grandes pero no lo son). Al llegar la época de las colecciones, los editores se vuelven locos y hacen largas tiradas de las susodichas. Si os fijáis se componen de un 10% de producto y un 90% de cartón inútil. Así que te puedes encontrar con un centenar de relojes de pequeñas dimensiones pero con un cartón de 50cmx25cm. Eso lo multiplicas por unas 20 o 30 colecciones (y no exagero) al mismo tiempo. Y no, no puedes quitar el carton (ni doblarlo, ni rasgarlo,...) si tienes idea de devolver los sobrantes a la editorial. Ellas no quieren productos deteriorados.
Así que ayudad al pobre quiosquero del barrio y llevaos aunque sea la muñeca chochona en miniatura, el os lo agradecerá eternamente.
Y a la pregunta metafísica de ¿alguien acaba la colección? La respuesta es NO. La mayoría de gente se cansa y los que no lo hacen, comprueban como la editorial en la semana "tal" deciden que no les sale a cuenta y dejan de sacar la colección.
Adeu.
Hace un año mi madre trabajaba en un kiosco, pero hace un año no tenia blog ni web propia. Así que este post va en favor de los pobres quiosqueros.
Llega esta época del año y la publicidad se llena de fascículos coleccionables. En un corte publicitario puedes ver spots de colecciones de carros de combate, relojes de época, relojes sin época, plumas estilográficas, coches teledirigidos por piezas, cartas autorizadas por el señor Fournier, a Heidi, maestros del blues, jazz, ópera, casitas de muñecas, Mariquita Pérez, DVD de todo tipo, libros........ la lista seria interminable. Todos los fascículos a precios de risa, 1 € o 2 €, que al pasar al siguiente número se multiplicará por 3 y por 4 al tercer número.
Yo como la mayoría, al acercarme a mi quiosco, porque todos tenemos un quiosco que hacemos propio, como nos pasa con la panadería, el super, el bar, o la consulta de la seguridad social, me acercaba a curiosear para encontrar alguna cosa curiosa a poco precio.
Desde la experiencia en el quiosco con mi madre, al entrar en un quiosco puedo detectar la suplica de la mirada del quiosquero de turno, esperando a que te lleves algo aunque sea la colección del perrito piloto. Y la razón de todos es la misma, la falta de espacio.
Si vais a vuestro quiosco en época normal, veréis que siempre esta lleno de revistas y periódicos. Pues esa es la capacidad máxima del local (parecen mas grandes pero no lo son). Al llegar la época de las colecciones, los editores se vuelven locos y hacen largas tiradas de las susodichas. Si os fijáis se componen de un 10% de producto y un 90% de cartón inútil. Así que te puedes encontrar con un centenar de relojes de pequeñas dimensiones pero con un cartón de 50cmx25cm. Eso lo multiplicas por unas 20 o 30 colecciones (y no exagero) al mismo tiempo. Y no, no puedes quitar el carton (ni doblarlo, ni rasgarlo,...) si tienes idea de devolver los sobrantes a la editorial. Ellas no quieren productos deteriorados.
Así que ayudad al pobre quiosquero del barrio y llevaos aunque sea la muñeca chochona en miniatura, el os lo agradecerá eternamente.
Y a la pregunta metafísica de ¿alguien acaba la colección? La respuesta es NO. La mayoría de gente se cansa y los que no lo hacen, comprueban como la editorial en la semana "tal" deciden que no les sale a cuenta y dejan de sacar la colección.
Adeu.
En breve me gustaría colgar tu comentario en mi blog.
ResponderEliminarEspero sea de tu agrado.
Gracias.
Un saludo.
de Josep.
De un quiosquero de Barcelona.