Las cartas de la vida
Siempre he maldecido el no saber jugar mejor, las buenas cartas que la vida me ha repartido, y si llegaras a leer este blog, me verías lloriquear. Tu naciste un mes y poco después que yo. Siempre has sido mas un hermano que otra cosa. La vida empezó pronto a darte malas cartas, que si lo de tu madre, que si tu padre se marchó. Tu como yo, aprendiste que la familia es lo primero, por eso nunca has dejado de querer mucho a tus padres, a pesar de las circunstancias. Pasaron los años, y las cartas no mejoraron. Creciste y decidiste arriesgar y casarte. Volviste a perder. Tiempo mas tarde, vino tu mejor mano, y de ahí salió tu hijo. Arriesgaste por algo bueno, aunque sabias que esto pesaría en el resto de la partida. Pero pase lo que pase, sabes que no le vas a dejar, él no pasará por lo que pasó su padre. En lo laboral no te va mejor, y hasta hemos compartido alguna mala carta. Ahora después de la última mala mano, te llegaron las cartas para poder trabajar con tu padre. Así recuperarías tiempos perdidos. Pero la vida nunca te da buenas cartas, y ahora sabemos que tu padre, el hermano de mi madre, mi tío, le han repartido una mano de "match point". Y esta vez, ves como no te han repartido cartas, y que si él, y los médicos no juegan bien las suyas, su partida habrá terminado. Probablemente, sea como sea, te volverán a llegar malas cartas. Y yo sigo aquí lloriqueando.