Sant Jordi

Cuenta la leyenda, que un pueblo vivía atemorizado por un terrible dragón. Habían enviado a sus mas valientes caballeros, a luchar contra la bestia, pero esta los engullía con facilidad. Un buen día, los hombres mas viejos del pueblo se reunieron y fueron a hablar con el dragón. El dragón prometió dejarles en paz, si le daban de comer cada día.
A su vuelta, se reunió todo el pueblo y decidieron hacer caso al dragón. Pero al poco tiempo, la comida del pueblo se había agotado. Los viejos del pueblo volvieron a visitar al dragón, para decirle que la comida se había acabado. Entonces les propuso que le enviaran doncellas para comérselas, o atacaría el pueblo de nuevo.
Se volvió a reunir el pueblo y decidieron que pondrían el nombre de todas las mujeres del pueblo en papeles, y cada semana sacarían uno al azar. Todas las mujeres, excepto la hija del rey. La joven princesa, se enfadó mucho por la decisión del pueblo, e hizo colocar su nombre , en un papel, junto al de todas las demás.
Llegó el día del sorteo, y el nombre extraído fue el de la hija del rey. Varias se ofrecieron de ir en su lugar, pero ella se negó. Se despidió de su padre y marchó camino a la cueva donde vivía el dragón. El dragón se alegró de ver como el pueblo había cumplido su palabra, y aun mas cuando reconoció, a la hija del rey.
En el instante que, la temible bestia, se disponía a comerse a su víctima, apareció un caballero sobre un corcel blanco, empuñando una lanza y un escudo. La lucha entre ambos fue brutal, pero al final el misterioso caballero consiguió atravesar al dragón con su lanza.
Ató a la bestia a su montura, y subió a la doncella a su caballo, y se dirigió hacia el pueblo. A su llegada la gente que estaba triste por la suerte de su princesa, corrieron a avisar que un caballero la había rescatado y matado al dragón.
Al encontrarse todos en la plaza, el caballero se había marchado, dejando sana y salva a la princesa, y vieron atónitos como el dragón desaparecía lentamente, y como la sangre que había brotado del cuerpo de la bestia, se convertía en rosas rojas.