El conejo
Hola,
Hoy he atropellado un conejo.
No es que se haya abierto la temporada de caza, ni que este por la eliminación de especies peligrosas, como las almejas machas salvajes. Pero aunque inevitable, ha sido impactante.
Contad hasta 5. 1, 2, 3, 4, 5. Este es el tiempo en el que todo ha sucedido. Llevando el coche, por la autopista desde Terrasa a Sant Vincenç dels Horts. 5 carriles, yo por el tercero. Un coche a mi izquierda a mi misma altura, otro a la derecha a la altura de medio coche, y uno detrás, de aquellos que de acercarse mas, al conductor le verías los pelos de la nariz. Y delante, a cierta distancia, 2 coches de la misma empresa. Pues en el tiempo de contar 5, he visto como los dos coches que me precedían pegaban sendos volantazos. Tiempo justo para entender que algo había que esquivar y mirar rápidamente a los retrovisores, y ver la encajonada situación. No había otra que seguir, y tras el volantazo del segundo coche, allí estaba marrón, pequeño, y dando saltos. La única cosa que he pensado es en que lo inevitable, fuera lo mas leve para los que íbamos en el coche. Todo esto en el tiempo de contar 5.
Adéu.
Hoy he atropellado un conejo.
No es que se haya abierto la temporada de caza, ni que este por la eliminación de especies peligrosas, como las almejas machas salvajes. Pero aunque inevitable, ha sido impactante.
Contad hasta 5. 1, 2, 3, 4, 5. Este es el tiempo en el que todo ha sucedido. Llevando el coche, por la autopista desde Terrasa a Sant Vincenç dels Horts. 5 carriles, yo por el tercero. Un coche a mi izquierda a mi misma altura, otro a la derecha a la altura de medio coche, y uno detrás, de aquellos que de acercarse mas, al conductor le verías los pelos de la nariz. Y delante, a cierta distancia, 2 coches de la misma empresa. Pues en el tiempo de contar 5, he visto como los dos coches que me precedían pegaban sendos volantazos. Tiempo justo para entender que algo había que esquivar y mirar rápidamente a los retrovisores, y ver la encajonada situación. No había otra que seguir, y tras el volantazo del segundo coche, allí estaba marrón, pequeño, y dando saltos. La única cosa que he pensado es en que lo inevitable, fuera lo mas leve para los que íbamos en el coche. Todo esto en el tiempo de contar 5.
Adéu.
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