El verano del 98
Hola,
Tengo delante mío mi "vida laboral". Este par de papeles que te envía el gobierno diciéndote que, cuando y donde has trabajado. Si las cuentas no fallan, de aquí 5 días cumpliré 10 años trabajando.
Tirando de memoria, han sido 10 años que han dado para pasar por 6 empresas diferentes, en dos de ellas trabajando para una veintena de clientes diferentes. He programado con un mínimo de 5 lenguajes de programación diferentes. Habré tenido a mas de un 50 de compañeros directos, y muchos mas indirectos. Mi mejor jefe, una mujer. Mi peor jefe, un imbécil que sabía de informática, lo que yo de pesca submarina. He conocido a unos cuantos genios de esto de la informática, a mucho inútil con grandes aires de grandes hombres, y trepas en todos y cada uno de los lugares donde he estado. Días malos, y grandes días de satisfacción personal. Ninguna palamadita, ningún premio, pero tampoco ninguno se ha atrevido a cuestionarme nunca mi trabajo.
Y mientras otros a estas alturas, dan toda su carrera por hecha, y ya solo buscan como agarrarse a la silla, yo tonto de mi, sin dejar nunca de tener claro que soy un mercenario de mi oficio, solo pienso en aprender y avanzar, como aquel verano del 98, en el que tuve mi primer día de trabajo, porque como dice Sabina, "Aún me excita mi oficio".
Tengo delante mío mi "vida laboral". Este par de papeles que te envía el gobierno diciéndote que, cuando y donde has trabajado. Si las cuentas no fallan, de aquí 5 días cumpliré 10 años trabajando.
Tirando de memoria, han sido 10 años que han dado para pasar por 6 empresas diferentes, en dos de ellas trabajando para una veintena de clientes diferentes. He programado con un mínimo de 5 lenguajes de programación diferentes. Habré tenido a mas de un 50 de compañeros directos, y muchos mas indirectos. Mi mejor jefe, una mujer. Mi peor jefe, un imbécil que sabía de informática, lo que yo de pesca submarina. He conocido a unos cuantos genios de esto de la informática, a mucho inútil con grandes aires de grandes hombres, y trepas en todos y cada uno de los lugares donde he estado. Días malos, y grandes días de satisfacción personal. Ninguna palamadita, ningún premio, pero tampoco ninguno se ha atrevido a cuestionarme nunca mi trabajo.
Y mientras otros a estas alturas, dan toda su carrera por hecha, y ya solo buscan como agarrarse a la silla, yo tonto de mi, sin dejar nunca de tener claro que soy un mercenario de mi oficio, solo pienso en aprender y avanzar, como aquel verano del 98, en el que tuve mi primer día de trabajo, porque como dice Sabina, "Aún me excita mi oficio".
mmm bueno tu expreincia y tu buena predisposicion me dice que eres un buen empleado...sin leer ningun papel...ahora me pregunto...porque los jefes son todos unos imbeciles....yo no se si al ser jefe uno se hace imbecil...o ya lo son de antes....
ResponderEliminarlo bueno de todo es que nunca dejas aprender y avanzar como vos decis!
besin!
Eso es bueno no??
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