Siempre serás bienvenido a este lugar
Hola,
La apertura de las taquillas era a las 17 horas. Solo entradas reservadas, entradas agotadas. Llegamos a las 5 pasadas, ya hay cola, recogemos las entradas, y nos unimos a ella. Cerca de las 19:30, accedemos al recinto, nada nuevo, esta mañana hemos estado allí mismo. La gente empieza a rodearnos, niñas que cuando el grupo grabó sus primeras notas no habían nacido, jovencitas que al salir el primer disco empezaban a acudir al colegio. Madres y novios, que por cumplir los deseos de la niña compran dos entradas para acompañarla. No han ido nunca a un concierto de La oreja, y sus caras lo delataran durante la tarde. En resumen mas cerebros femeninos que masculinos. Alguien ha decidido repartir preservativos a todo al que acude al lavabo, los cuales acaban hinchados y sirven como globos para entretener la espera del respetable. Al fondo una chica llora. Las niñas llevan las caras pintadas con LOVG, Leire y corazones varios. Una lleva los nombres de todos los componentes rotulado por sus brazos. Un despistado, o no, lleva el nombre de Amaia en la cara.
20:10 las luces se han apagado, y empieza a sonar una base rítmica típica de la mejor discoteca con un juego de luces aturdidor, que sorprende a los no iniciados, y pone en vilo a los fans. Salen en fila y se van colocando detrás de su instrumentos. Xabi en los teclados, Pablo a la guitarra, Hartiz se sienta en su batería, Alvaro con su bajo escondido en la penumbra y con una gorra cubriéndole el rostro, y Leire detrás del micro. Xabi empieza a tocar botones, para programar la primera canción, el juego de luces termina y un foco ilumina a Pablo y Leire. Xabi da la señal y sin pausas enlazan un par de canciones del último disco. El breve saludo de rigor, y se embarcan en las canciones viejas y nuevas del grupo. Tranquilamente podrían marcharse, ya que la gente cantará y coreará todas y cada una de las canciones hasta el final. Las niñas con camisetas decoradas cantan mientras se ponen de puntillas para poder ver algo. Un par de chavales corean el nombre de Haritz, seguramente porque nadie mas lo hace. Al fondo la chica sigue llorando, y algunas caras de sorpresa al ver el espectáculo de la gente.
La banda van afrontando una canción tras otra, con la misma profesionalidad e inteligencia de siempre. Saben que no vas a oír el disco, así que las canciones suenan a concierto, con mas ritmo, cambios, momentos en blanco donde no los había. Y repito son listos, y como adaptan las canciones a su antojo, esta vez las han adaptado a Leire. Leire canta muy bien, se mueve con mucha soltura para ser su primer gran reto, tiene una gran voz, pero evitan cantar las canciones como las cantaban con Amaia. El cambio mas notable entre las dos, es el estilo mucho mas rocker de Leire, que a la parte masculina nos encanta. Llegamos casi al último tramo del concierto, y apagan las luces. Álvaro y Haritz se van, Xabi se sienta al piano, Pablo coge una guitarra acústica y al igual que Leire se sienta en un taburete. Empiezan a tocar de modo acústico e intimista "Deseos de cosas imposibles", donde Leire saca su voz con aquello de "Igual que el mosquito más tonto de la manada". Al terminar, Pablo se levanta y se marcha mientras Xabi empieza a tocar las primera notas de "Jueves", y se hace un silencio sepulcral. La canción pone un nudo en la garganta a mas de dos, mecheros al aire y al terminar un aplauso atronador a la interpretación de Leire. Solo los más viejos del lugar recuerdan que una vez hubo una cantante rubia... Explota el escenario en un sonido ensordecedor, es el inicio de "Pop", la canción por excelencia de Amaia, pero ya ni los mas reacios dudan que Leire es la cantante de La oreja. De aquí al final ritmo a todo trapo, y se termina con tres vises de "20 de Enero", "El último vals", "La playa". La gente se marcha contenta con el espectáculo, la chica del fondo sigue llorando (¡¡Dios me tiene preocupado!!), y se oye eso de "esta tía esta mucho mas buena..." y no seré yo quien les quite la razón, uno no olvida fácilmente a una mujer así. Después de una tarde cantando a grito pelado con una multitud, mientras ves un espectáculo genial de música, la sensación que te queda en el cuerpo es genial.
P.D. Leire, escríbeme.
La apertura de las taquillas era a las 17 horas. Solo entradas reservadas, entradas agotadas. Llegamos a las 5 pasadas, ya hay cola, recogemos las entradas, y nos unimos a ella. Cerca de las 19:30, accedemos al recinto, nada nuevo, esta mañana hemos estado allí mismo. La gente empieza a rodearnos, niñas que cuando el grupo grabó sus primeras notas no habían nacido, jovencitas que al salir el primer disco empezaban a acudir al colegio. Madres y novios, que por cumplir los deseos de la niña compran dos entradas para acompañarla. No han ido nunca a un concierto de La oreja, y sus caras lo delataran durante la tarde. En resumen mas cerebros femeninos que masculinos. Alguien ha decidido repartir preservativos a todo al que acude al lavabo, los cuales acaban hinchados y sirven como globos para entretener la espera del respetable. Al fondo una chica llora. Las niñas llevan las caras pintadas con LOVG, Leire y corazones varios. Una lleva los nombres de todos los componentes rotulado por sus brazos. Un despistado, o no, lleva el nombre de Amaia en la cara.
20:10 las luces se han apagado, y empieza a sonar una base rítmica típica de la mejor discoteca con un juego de luces aturdidor, que sorprende a los no iniciados, y pone en vilo a los fans. Salen en fila y se van colocando detrás de su instrumentos. Xabi en los teclados, Pablo a la guitarra, Hartiz se sienta en su batería, Alvaro con su bajo escondido en la penumbra y con una gorra cubriéndole el rostro, y Leire detrás del micro. Xabi empieza a tocar botones, para programar la primera canción, el juego de luces termina y un foco ilumina a Pablo y Leire. Xabi da la señal y sin pausas enlazan un par de canciones del último disco. El breve saludo de rigor, y se embarcan en las canciones viejas y nuevas del grupo. Tranquilamente podrían marcharse, ya que la gente cantará y coreará todas y cada una de las canciones hasta el final. Las niñas con camisetas decoradas cantan mientras se ponen de puntillas para poder ver algo. Un par de chavales corean el nombre de Haritz, seguramente porque nadie mas lo hace. Al fondo la chica sigue llorando, y algunas caras de sorpresa al ver el espectáculo de la gente.
P.D. Leire, escríbeme.
Y yo que todavía no he oido casi nada de antes cantado por Leire ... tendré que hacer búsqueda,jeje.
ResponderEliminarpues si la pasaste bien ..,me alegro doblemente por vos amigo mio!
ResponderEliminarbsines y lindo lunes
:o) sauvignona
a menina chorando era você, de tanta emoção...fala a verdade...:)
ResponderEliminarVocê está perto da porta. Mesmo assim, tentarei sinalizar minutos antes da explosão.