Esta mañana

Hola,

Esta mañana, a la hora de siempre, bajaba las escaleras del metro que llevan al anden. El reloj marcaba, 20 segundos hasta el próximo tren, pero en el anden ya no cabía más gente, así que alguna avería existía. Así debía de ser porque inmediatamente el reloj pasó a marcar 2:30 hasta el próximo tren.
Al final llegó el tren, pero como tengo la suerte de tener el horario un poco flexible, decidí sentarme a esperar al siguiente, al igual que hizo la chica vestida de chico con la que me cruzo cada mañana. Y nos sentamos, en el mismo banco, mientras la gente entraba en el vagón apretados cual japoneses. Una vez dentro, y apretujados, el tren no partía, así que nueva gente llegó y empujó para entrar. Entre ellos una madre, con niña y carro, que plegó el carro e incrustó a la pequeña de un par de añitos dentro del gentío. Creo que esta buena mujer suspendió el examen de madre.
El metro seguía sin moverse, y de golpe y porrazo, veo que la gente agolpada en una puerta baja a toda prisa, y un par de chicos llevan en brazos a una joven sin sentido. La estiran en el banco, la abanican, incluso uno de ellos ha tenido que hacerle un boca a boca rápido un par de veces. La chica se ha recuperado enseguida, mientras los chicos y un par de mujeres la ayudaban. Alguien ha ido a avisar a la gente de TMB, los cuales han llegado a paso parsimonioso y desganado. Mira que venir a joder mientras hacen el desayuno.
El tren se ha marchado y casi a rebufo, que dirían los motoristas, ha llegado el siguiente vacío. Donde me he subido, al mismo tiempo que el chico del boca a boca que no ha esperado ni a un gracias. Mientras en el anden quedaban la chica, uno de sus auxiliadores, y dos desganados miembros de TMB.
Suerte que pagamos el sueldo por un buen servicio a los de TMB.