Arriesgar

Quedan tres minutos de partido, ganan de dos. El escolta saca de fondo. El base controla la bola y la lleva despacio hasta cruzar la linea de medio campo, dando tiempo a colocarse a sus compañeros. El base del equipo contrario empieza a presionarle, él esconde la bola lejos de las manos del rival. Avanza con cambios de ritmo, zigzageando y cambiando la bola de mano, hasta encontrar solo al alero, quien finalmente recibe. El base corta por la zona perseguido por la sombra del base contrario. El pivot se mueve rápido y bloquea el paso al base rival, que tras esquivarlo con dificultad se encuentra que el base vuelve a tener la bola. La abraza con una mano sujetándola al cuerpo mientras la otra la tiene elevada marcando jugada.
En ese momento se percata que el base contrario le esta flotando, o sea que ha dejado el espacio suficiente entre ambos para poder maniobrar como desee, pero esta muy lejos de la canasta. El pivot siguiendo la jugada marcada esta debajo de la canasta preparado para recibir el pase. Le están flotando, ganan y queda tiempo de sobra, pero recibe ese pequeño pinchazo interior y no lo duda, en un rápido movimiento se eleva, tira y falla.
La bronca del entrenador en el tiempo muerto es de las que hacen época. La fastidió bien por no hacer lo que debía y ahora solo les quedan seis segundos y pierden de dos. Inician la jugada marcada, la bola cae de nuevo en manos del base, le vuelven a flotar sabiendo que es de locos lanzar de nuevo desde tan lejos. Esta vez ya no hay pinchazo, pero no hay nadie quien pueda recibir el pase en condiciones, y el tiempo se acaba.

Podéis acabar la historia como queráis. La experiencia dice que si la pasa, o la perderá o será otro el que tenga el tiro difícil, pero siempre puede decir que el ya no tenía la bola. Si decide llegar a la canasta, tiene pocas posibilidades de anotar, y con suerte solo forzará una prorroga. Si decide lanzar, a priori tiene las mismas posibilidades de encestar que fallar, pero con todo lo sucedido, lo probable es que falle.

P.D.: Yo tiraría, aunque no tocara ni el aro. Pero yo soy yo.