Como decía mi abuelo

Hola,

Mientras me disponía a escribir este post, he pensado que después de leerlo, pensareis de mi lo mismo que yo pensaba de mi abuelo cuando me decía "On va així aquesta gent?" (¿Dondé va así esta gente?) al ver los punks con sus crestas multicolor. Pero hoy ya da igual, ya que ha sido un día frío, lluvioso y gris, y en la calle también.
Para poneros en situación solo decir que no tengo nada para leer estos días, así que voy mirando a todo ser vivo que me acompaña en mis trayectos en metro. Y hoy le ha tocado el turno a una Jenny. Una Jenny, para los despistados, es la típica chica del extrarradio de las grandes ciudades españolas, con muchos humos, pocas neuronas, mal genio, poca edad, tatuajes varios y cultura escasa. De esas que dicen “Yo por mi hija ma, to.” Eh! que no todas las chicas del extrarradio son Jennys pero si todas las Jennys son del extrarradio, se de que hablo soy de Hospitalet. Esta era de veintipocos si llegaba, mucha curva, ropa extravagante, melena pintada de rubio y perfecta, chicle en la boca, cadenas de oro ostentosas en su cuello, bolso gigante colgando del brazo, móvil en la mano….
¿Pero porque me he fijado en ella? Pues porque a medio trayecto se ha recolocando su pantalón tejano, de estos de cintura baja que dicen las mujeres, y tan apretados que no puedes ni poner las manos dentro de los bolsillos. No se los subía, sino que se los bajaba lo justo para que se le vieran por completo las bragas de leopardo que llevaba. Hasta aquí podría haberme llamado la atención, pero no. Ni tampoco sus tatuajes que subían por las caderas desde el interior de las bragas dirección a su espalda. Lo que ha llamado mi atención es como sujetaba el reproductor de mp3 dentro de las bragas.
Me hago viejo para estas cosas.

Comentarios

  1. Aaaaaiiinnnnssss pavernos matao!!!

    Yo me hubiera quedado bizca mirándola, o no, a lo mejor hubiera entrecerrado los ojos como para enfocar, no pudiéndome creer lo que estaba viendo. Y digo yo, la chica iría de pie no?, porque sino con un pantalón tan estrecho no me quiero imaginar donde se clavaría el mp3...

    Mejor no pensar a qué olería luego el aparatito, puuuuuaaaagggsss

    Besos urbanos

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