Miradas
Hola,
Hoy solo os hablaré de tres miradas. Tres miradas de mujer en un día, son muchas miradas. Dos de ellas son de dos buenas amigas y la tercera del amor de mi vida. La primera la he visto en fotografía. Ha colgado una foto suya recortada donde solo se le ven los ojos, pero se le ve hasta el alma. Si estuvo mirando así mucho rato, seguro que fulmino a algún afortunado.
La segunda ha sido en directo y a contrasol. Era una mirada de calma y felicidad, de aquellas con las que ya no necesitas preguntar que tal han ido las vacaciones. Lástima que esa mirada se perderá con la rutina y el estrés, pero mas vale haber tenido esa mirada y perderla que no haberla tenido.
La tercera, son mas de una y son las que cada día me ofrece el amor de mi vida. Un moco de tres palmos y medio de altura, que hasta hace poco solo tenia dos miradas, la normal y la de aprender. Ahora tiene la de pedir, la de me alegro de verte, la de sorpresa, la de pillina, la de asustada... Cuando crezca también conseguirá las otras dos, la de calma consigo misma y la capaz de fulminar a un hombre. Cuando llegue esta última, su tito Jordi estará allí escopeta en mano.
Hoy solo os hablaré de tres miradas. Tres miradas de mujer en un día, son muchas miradas. Dos de ellas son de dos buenas amigas y la tercera del amor de mi vida. La primera la he visto en fotografía. Ha colgado una foto suya recortada donde solo se le ven los ojos, pero se le ve hasta el alma. Si estuvo mirando así mucho rato, seguro que fulmino a algún afortunado.
La segunda ha sido en directo y a contrasol. Era una mirada de calma y felicidad, de aquellas con las que ya no necesitas preguntar que tal han ido las vacaciones. Lástima que esa mirada se perderá con la rutina y el estrés, pero mas vale haber tenido esa mirada y perderla que no haberla tenido.
La tercera, son mas de una y son las que cada día me ofrece el amor de mi vida. Un moco de tres palmos y medio de altura, que hasta hace poco solo tenia dos miradas, la normal y la de aprender. Ahora tiene la de pedir, la de me alegro de verte, la de sorpresa, la de pillina, la de asustada... Cuando crezca también conseguirá las otras dos, la de calma consigo misma y la capaz de fulminar a un hombre. Cuando llegue esta última, su tito Jordi estará allí escopeta en mano.
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