El escarabajo azul
Hola,
La mente a veces tiene cosas curiosas y la mía mas, o al menos a mi es a quien mas me sorprende. Tengo las cosas ahí, diría que están todas, que nunca pierdo nada, aunque no soy consciente la mayoría del tiempo que las llevo. Como esas monedas que te metiste con las prisas en el bolsillo interior de la chaqueta, que vas con ellas tiempo y tiempo, hasta que un buen día metes la mano en el bolsillo interior por casualidad, las encuentras y recuerdas porque las dejaste allí.
Pues hace unos días salio a flote en mi mente un amuleto que tuve. Un escarabajo azul, o eso pretendía ser un trozo de madera pintado de azul. Lo conseguí en una feria esotérica donde te obsequiaban con una bolsita de arena traída del mismo Egipto y ese escarabajo azul, poderoso talismán que te concedía cualquier deseo. Solo uno. Por cierto que la bolsa sigue por casa, la arena me atrae mágicamente, sea de donde sea. El amuleto vino a mi memoria al pasar por el lugar en el que me deshice de él, lo curioso es que eso pasó hace casi diez años y casi he pasado a diario por ese lugar durante estos diez años.
No se el porque, pero hace unos días me paré allí y recordé el trozo de madera, mi deseo y ese tiempo que fue otro, nunca mejor. Para los curiosos decir que el deseo se cumplió, nunca sabremos si gracias al escarabajo o a mi lucha diaria con dragones. De lo que si estoy seguro es que una vez cumplido lo que sea, hay que deshacerse de todas las cargas, aunque hayan sido buenas y avanzar.
La mente a veces tiene cosas curiosas y la mía mas, o al menos a mi es a quien mas me sorprende. Tengo las cosas ahí, diría que están todas, que nunca pierdo nada, aunque no soy consciente la mayoría del tiempo que las llevo. Como esas monedas que te metiste con las prisas en el bolsillo interior de la chaqueta, que vas con ellas tiempo y tiempo, hasta que un buen día metes la mano en el bolsillo interior por casualidad, las encuentras y recuerdas porque las dejaste allí.
Pues hace unos días salio a flote en mi mente un amuleto que tuve. Un escarabajo azul, o eso pretendía ser un trozo de madera pintado de azul. Lo conseguí en una feria esotérica donde te obsequiaban con una bolsita de arena traída del mismo Egipto y ese escarabajo azul, poderoso talismán que te concedía cualquier deseo. Solo uno. Por cierto que la bolsa sigue por casa, la arena me atrae mágicamente, sea de donde sea. El amuleto vino a mi memoria al pasar por el lugar en el que me deshice de él, lo curioso es que eso pasó hace casi diez años y casi he pasado a diario por ese lugar durante estos diez años.
No se el porque, pero hace unos días me paré allí y recordé el trozo de madera, mi deseo y ese tiempo que fue otro, nunca mejor. Para los curiosos decir que el deseo se cumplió, nunca sabremos si gracias al escarabajo o a mi lucha diaria con dragones. De lo que si estoy seguro es que una vez cumplido lo que sea, hay que deshacerse de todas las cargas, aunque hayan sido buenas y avanzar.
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