Personas habituales
Hola,
Supongo que al igual que me pasa a mi, al volverse los días rutinarios coincidís en rutina con mucha otra gente que no conocéis, pero por la razón que sea os fijáis en ellos. Aquella chica del pelo rizado que coge el autobús a la misma hora que tu cada mañana. El perro que siempre corre alegre delante de su pequeño amo, cuando este vuelve a casa del cole. El tipo ese de casi dos metros de altura con el que siempre coincides en las escaleras mecánicas. El tipo del coche gris que siempre para delante tuyo en el semáforo que siempre coges en rojo para ir a trabajar. La mujer que siempre viste los mismos pantalones tejanos.
Seguramente si fuera una persona sociable y dicharachera, con mas de una de estas personas acabaría cruzando cuanto menos un Hola, en cambio a fuerza de encontrármelos cada día acabo imaginándome pequeñas historias de como será su vida. Quienes son, que hacen,... incluso me preocupo si un día no aparecen, o si es verano, me los imagino tirados en una playa tomando el sol.
Hay una chica, una mujer de mas o menos mi edad, de la que creo que alguna vez ya os he escrito, creo recordar que fue el día que casi me atropella. Coincidimos cada mañana en algún punto desde el puente de la Torrassa hasta la Avenida del Carrilet. Siempre subida en su bici de grandes ruedas. Siempre con sus grandes gafas de sol que le cubren media cara. Siempre vestida de negro o colores muy oscuros, hasta ayer. No es que de golpe y porrazo vistiera de colorines, pero llevaba ropa blanca combinada con el habitual negro e hizo saltar mi imaginación durante un buen rato. ¿Estaba triste y algo la esta poniendo de nuevo feliz?¿Algo ha cambiado su vida para dejar el negro? ¿un novio, un marido, unos niños, una amiga? Dudo que lo llegue a saber nunca, pero seguro que la verdad no es mejor que lo que mi cabeza ha imaginado. Otro día os hablo del gigante y la niña.
Supongo que al igual que me pasa a mi, al volverse los días rutinarios coincidís en rutina con mucha otra gente que no conocéis, pero por la razón que sea os fijáis en ellos. Aquella chica del pelo rizado que coge el autobús a la misma hora que tu cada mañana. El perro que siempre corre alegre delante de su pequeño amo, cuando este vuelve a casa del cole. El tipo ese de casi dos metros de altura con el que siempre coincides en las escaleras mecánicas. El tipo del coche gris que siempre para delante tuyo en el semáforo que siempre coges en rojo para ir a trabajar. La mujer que siempre viste los mismos pantalones tejanos.
Seguramente si fuera una persona sociable y dicharachera, con mas de una de estas personas acabaría cruzando cuanto menos un Hola, en cambio a fuerza de encontrármelos cada día acabo imaginándome pequeñas historias de como será su vida. Quienes son, que hacen,... incluso me preocupo si un día no aparecen, o si es verano, me los imagino tirados en una playa tomando el sol.
Hay una chica, una mujer de mas o menos mi edad, de la que creo que alguna vez ya os he escrito, creo recordar que fue el día que casi me atropella. Coincidimos cada mañana en algún punto desde el puente de la Torrassa hasta la Avenida del Carrilet. Siempre subida en su bici de grandes ruedas. Siempre con sus grandes gafas de sol que le cubren media cara. Siempre vestida de negro o colores muy oscuros, hasta ayer. No es que de golpe y porrazo vistiera de colorines, pero llevaba ropa blanca combinada con el habitual negro e hizo saltar mi imaginación durante un buen rato. ¿Estaba triste y algo la esta poniendo de nuevo feliz?¿Algo ha cambiado su vida para dejar el negro? ¿un novio, un marido, unos niños, una amiga? Dudo que lo llegue a saber nunca, pero seguro que la verdad no es mejor que lo que mi cabeza ha imaginado. Otro día os hablo del gigante y la niña.
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