Carpe diem
Hola,
Hoy unos seis meses después os cuento esto, porque ahora tiene un final. Quizá no sea el final mas feliz del mundo, pero no es un mal final.
Hace seis meses una de mis primas pequeñas se casaba. Este no es el tema. Llevaba un tiempo quejándose de dolores y cansancio, pero eso es que la niña es una quejica, eso son los nervios de la boda. Se casó, se fue de luna de miel y le seguía doliendo, así que vamos a llevarla al médico y deje de quejarse. Unos análisis de sangre y vuelva la semana que viene. Al volver les dicen que tiene bajas las defensas que por precaución ingrese para que no pille algo fuerte, estamos cerca de Navidad y hace frío. Era viernes, quizás jueves, y el domingo estaba yo allí cuando ingresaba en el oncológico con un diagnóstico de leucemia. Hoy después de muchas sesiones de químio y de malos ratos que no quiero ni imaginar, ha acabado el tratamiento. Esta todo lo bien que se podía desear hace seis meses.
¿Por qué os cuento esto? Pues para que tengáis un buen ejemplo de que cuando menos te lo esperas la cosa se fastidia, y no vas a poder controlarlo. Así que no pierdas el tiempo y haz aquello que te llene, déjate de tonterías y como dice el tatuaje de una buena amiga mía Carpe diem, a tu ritmo, pero vívelo.
Hoy unos seis meses después os cuento esto, porque ahora tiene un final. Quizá no sea el final mas feliz del mundo, pero no es un mal final.
Hace seis meses una de mis primas pequeñas se casaba. Este no es el tema. Llevaba un tiempo quejándose de dolores y cansancio, pero eso es que la niña es una quejica, eso son los nervios de la boda. Se casó, se fue de luna de miel y le seguía doliendo, así que vamos a llevarla al médico y deje de quejarse. Unos análisis de sangre y vuelva la semana que viene. Al volver les dicen que tiene bajas las defensas que por precaución ingrese para que no pille algo fuerte, estamos cerca de Navidad y hace frío. Era viernes, quizás jueves, y el domingo estaba yo allí cuando ingresaba en el oncológico con un diagnóstico de leucemia. Hoy después de muchas sesiones de químio y de malos ratos que no quiero ni imaginar, ha acabado el tratamiento. Esta todo lo bien que se podía desear hace seis meses.
¿Por qué os cuento esto? Pues para que tengáis un buen ejemplo de que cuando menos te lo esperas la cosa se fastidia, y no vas a poder controlarlo. Así que no pierdas el tiempo y haz aquello que te llene, déjate de tonterías y como dice el tatuaje de una buena amiga mía Carpe diem, a tu ritmo, pero vívelo.
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