No lo entiendo
Hola,
Me gusta la fiesta de San Juan. En mi casa es fiesta porque es el santo de mi hermana, porque comemos "coca de llardons", porque es fiesta. Me encantan los fuegos artificiales, y me encantaría ir a la playa, a ver amanecer, si no fuera porque esa misma idea la tienen los millones de personas que deciden hacerlo, a ritmo de hogueras y botellon. Curioso que muchos de los que dicen que no van a la playa, a las 12 del mediodía, porque esta "petá", son los que van la verbena de San Juan, pero esto ya es otro tema.
Yo lo que no entiendo es lo de los petardos. No es que me haya vuelto un viejo rancio, que también, sino que no lo he entendido nunca. Se pueden contar con los dedos de la mano los petardos que lancé de pequeño. Encender ese tubo relleno de explosivo y con una mecha, que enciendes y echas a correr a la espera de oír un ruido ensordecedor, no me llamo la atención la primera vez, ni la segunda, ni la tercera y doy por echo que mis padres pensaron que mi desgana era miedo y dejaron de comprármelos. Vamos, que no me he visto nunca como barrenero en una mina.
Cuatro décadas después las explosiones siguen sobresaltandome, como debería de pasarle a toda persona con oídos y corazón, pero lo soporto. Incluso entiendo que mi sobrina grande se pasara la noche cagada de miedo, la pequeña ojiplática y Stitch escondido en lo mas profundo de la casa, entiendo que no lo entienden y les asusta. Que los cabrones de mis vecinos del edificio de enfrente, se pasaran ayer toda la noche con el crash bum bang debajo de mi ventana, no lo entiendo.
Me gusta la fiesta de San Juan. En mi casa es fiesta porque es el santo de mi hermana, porque comemos "coca de llardons", porque es fiesta. Me encantan los fuegos artificiales, y me encantaría ir a la playa, a ver amanecer, si no fuera porque esa misma idea la tienen los millones de personas que deciden hacerlo, a ritmo de hogueras y botellon. Curioso que muchos de los que dicen que no van a la playa, a las 12 del mediodía, porque esta "petá", son los que van la verbena de San Juan, pero esto ya es otro tema.
Yo lo que no entiendo es lo de los petardos. No es que me haya vuelto un viejo rancio, que también, sino que no lo he entendido nunca. Se pueden contar con los dedos de la mano los petardos que lancé de pequeño. Encender ese tubo relleno de explosivo y con una mecha, que enciendes y echas a correr a la espera de oír un ruido ensordecedor, no me llamo la atención la primera vez, ni la segunda, ni la tercera y doy por echo que mis padres pensaron que mi desgana era miedo y dejaron de comprármelos. Vamos, que no me he visto nunca como barrenero en una mina.
Cuatro décadas después las explosiones siguen sobresaltandome, como debería de pasarle a toda persona con oídos y corazón, pero lo soporto. Incluso entiendo que mi sobrina grande se pasara la noche cagada de miedo, la pequeña ojiplática y Stitch escondido en lo mas profundo de la casa, entiendo que no lo entienden y les asusta. Que los cabrones de mis vecinos del edificio de enfrente, se pasaran ayer toda la noche con el crash bum bang debajo de mi ventana, no lo entiendo.
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