El alma de las cosas

Hola,

¿Las cosas tienen alma? Si eres de los que piensas que ni un perro, ni un gato no la tienen, que el alma es exclusividad de los hombres, ya tienes tu respuesta.
Hoy mi padre se ha deshecho del que parece será su último coche. En su momento compramos este y dejamos un Renault 6, color verde, con aquella forma extraña que tenía entre turismo y furgoneta sin llegar a ser nada de los dos. El cambio fue por un Renault 21, rojo, con todo lo que querías de un turismo, cinturones, manivelas para subir y bajar los cristales, maletero ancho, asientos casi abatibles, radio-casete extraible. Mi padre siempre recuerda que cuando le preguntaron si quería la versión mas cara, con dirección asistida, se equivocó al decir que no.
Todo esto no le confiere alma, pero con este coche recorrimos media España. Los cuatro siempre sentados en el mismo lugar. En el sonaron mis casetes favoritos, y se repitieron hasta la saciedad los éxitos españoles de los 60 y 70. Fue el primer coche que conducí y el día en que los aviones chocaban contra las torres gemelas en Nueva York, un conductor casi me da en la calle Aragón. Tenemos fotos expresamente tomadas al lado suyo. Todo esto hace que ahora que no esta allí le eches de menos, ¿puedes echar de menos algo que no tiene alma?

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