Silbando voy, silbando vengo
Hola,
Ya que todo el mundo habla, porque iba a ser yo menos. Silbar, quemar, vejar un símbolo de una nación esta feo, esta mal. Es como ir por la calle y encontrarte con alguien a quien conoces y cargate en sus putos muertos y en su puta madre. Si el otro no piensa se cagará en tus muertos, tu madre y en tu puta hermana. Tú le empujarás, él te escupirá y todo acabará en tortazo limpio.Todo esto esta feo y mal, pero ni es delito, ni uno se imagina al otro literalmente cagándose encima de la familia ajena, ¿verdad?
El sábado algo así como ochenta mil personas, vascas, catalanas y de otras partes del globo se unió en una sonora pitada mientras sonaba el himno de España en honor al rey, en los previos de la final de la copa que lleva su nombre. Ahora las autoridades competentes en silbatos y gritos quieren encontrar la manera de sancionar algo o a alguien, por intolerancia y xenofobia. No tienen claro si sancionar al campo, a la federación, a los clubs, a las entidades que repartieron silbatos, a los que silbaron,... pero alguien ha de llevarse la culpa y la multa por las grandes ofensas proferidas. Por lo que he leído un hecho similar ya sucedió en el año 1925, cuando en el antiguo campo del F.C. Barcelona, en un partido contra el C.E. Júpiter, el estadio silbó la misma marcha real interpretada por una banda de música británica de paso por Barcelona. El Barça fue sancionado y el campo cerrado. Podemos pensar que no hemos avanzado nada en casi 100 años.
La única discusión es filosófica, política, sobre la libertad de expresión y símbolos identitarios. Cualquier sanción será un acto de superioridad política, erigiéndose en figuras paternales que riñen a su hijo. En cambio, la pregunta que no he oído hacerse a nadie, y que todo buen padre se haría, es ¿por qué? Y la que se haría cualquier sabio, ¿cómo lo arreglo? No tenemos gobernantes de este tipo, así que estamos en la fase de - y yo me cago en tu hermana - y esperemos que lo siguiente no sea el empujón.
Ya que todo el mundo habla, porque iba a ser yo menos. Silbar, quemar, vejar un símbolo de una nación esta feo, esta mal. Es como ir por la calle y encontrarte con alguien a quien conoces y cargate en sus putos muertos y en su puta madre. Si el otro no piensa se cagará en tus muertos, tu madre y en tu puta hermana. Tú le empujarás, él te escupirá y todo acabará en tortazo limpio.Todo esto esta feo y mal, pero ni es delito, ni uno se imagina al otro literalmente cagándose encima de la familia ajena, ¿verdad?
El sábado algo así como ochenta mil personas, vascas, catalanas y de otras partes del globo se unió en una sonora pitada mientras sonaba el himno de España en honor al rey, en los previos de la final de la copa que lleva su nombre. Ahora las autoridades competentes en silbatos y gritos quieren encontrar la manera de sancionar algo o a alguien, por intolerancia y xenofobia. No tienen claro si sancionar al campo, a la federación, a los clubs, a las entidades que repartieron silbatos, a los que silbaron,... pero alguien ha de llevarse la culpa y la multa por las grandes ofensas proferidas. Por lo que he leído un hecho similar ya sucedió en el año 1925, cuando en el antiguo campo del F.C. Barcelona, en un partido contra el C.E. Júpiter, el estadio silbó la misma marcha real interpretada por una banda de música británica de paso por Barcelona. El Barça fue sancionado y el campo cerrado. Podemos pensar que no hemos avanzado nada en casi 100 años.
La única discusión es filosófica, política, sobre la libertad de expresión y símbolos identitarios. Cualquier sanción será un acto de superioridad política, erigiéndose en figuras paternales que riñen a su hijo. En cambio, la pregunta que no he oído hacerse a nadie, y que todo buen padre se haría, es ¿por qué? Y la que se haría cualquier sabio, ¿cómo lo arreglo? No tenemos gobernantes de este tipo, así que estamos en la fase de - y yo me cago en tu hermana - y esperemos que lo siguiente no sea el empujón.
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