Los tiempos están cambiando

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Los tiempos están cambiando (The times they are a-changin') cantaba Bob Dylan a mediados de los años 60 del siglo pasado. Alguna cosa debió de ver ese genio de 23 años y decidió cantarlo. Compuso la letra y la música con su guitarra y se hecho a la carretera a cantarlo. Si queréis encontrar a un Dylan de la mitad de la segunda década del siglo XXI deberéis buscarlo en YouTube. Allí empezó un malagueño de 31 años, Pablo Alborán, que ayer mismo llenó el Palau Sant Jordi por tercera vez este año, que si nada cambia de aquí a final de año esta gesta solo será superada por los U2 que lo han hecho en cuatro ocasiones.
Los jóvenes, los que son mas jóvenes de lo que soy hoy yo, han dejado (casi) de mirar la tele. Sí que los hay enganchados a "Gran hermano", "La voz" o algún otro gran fenómeno, pero cuanto la tele da la enésima temporada de la serie tal, ellos ya han visto la n+2 en internet y en versión original. Si eres fan de alguna rareza en la televisión de tu país, como me pasa a mi con el "Doctor who", ya no has de sentarte a llorar en una esquina, vas a internet y lo ves. Siendo pequeño me sentaba delante de la tele a ver los dibus de la Warner el sábado por la mañana, mi sobrina Leyre hace lo mismo, pero en cualquier momento mirando el móvil. Hablan de la crisis del cine, y es verdad en parte, pero menos crisis habría sin el IVA cultural, el desorbitado precio de las entradas y de las palomitas y si se dedicaran a dar buenas películas y no solo la peli de moda del momento indicada por las "majors". La gente quiere ver "Marte (The martian)", "Spectre "y "Star wars: El despertar de la fuerza", pero también descubrir las primeras películas de Scorsese o las de David Lynch.
Si sois lo suficientemente mayores recordaréis haber tenido, o tendréis, una enciclopedia en casa, en algún cajón tendréis un montón de cintas de cassette, quizá algún vinilo, incluso un albúm de fotos físicas enganchadas en él o recordaréis de memoria el nombre de los actores de "Regreso al futuro", de su director, guionistas y año de producción. Ahora todo eso, haciendo caso a Einstein que dijo aquello de "No guardes en la cabeza lo que te quepa en un bolsillo", lo llevamos todo en un móvil. Una aclaración, Einstein se refería a llevarlo escrito en una libretita en el bolsillo, y una advertencia, la democratización de la información hace que también tengamos que tener el conocimiento de separar la buena información de la basura, y el impacto de colgar algo personal en la red.
El fenómeno Youtuber y Vlogger necesitan un capítulo a parte. Vlogger son esta gente que como Alborán tienen una habilidad o alguna cosa que contar y lo hacen cámara en mano. Ahora ya solo necesitas una pequeña cámara compacta y algo de gracia para hacerlo. Ya se graban programas de televisión con un iPhone 6. Los vloggers hacen desde tutoriales de como cambiar el aceite del coche, como reconfigurar tu wifi, como cocinar cupcakes, llegando a grabar video-clips como auténticas estrellas del pop, o verdaderas guías de estilo de como vestir. Si queréis oír verdaderas conferencias sobre lo que sea ya no has de esperar a que este o aquel sabio pase por tu ciudad, te conectas a TedEx y siempre sueles encontrar pequeñas joyas de sabiduría. Cuando estos son seguidos por miles, algunos millones, de personas y sacan dinero por ello los pasaríamos a la categoría de YouTubers. Si quieres saber de que narices están hablando esos quinceañeros que están sentados en un banco en el parque, deberás de estar subscrito al Youtuber de moda. Y como todo en esta vida no es solo tener una habilidad que mostrar, algunos simplemente te enseñan su día a día y tienen miles de personas que día a día pierden 10 minutos de su vida mirando ese resumen de la vida de otro. Lo que son las revistas de sociedad (del corazón) pero en movimiento y diarias. Hace un par de semanas, un buen puñado de estos Youtubers se subían a un escenario en Chile y en Argentina a demostrar cada cual sus habilidades, y a las puertas del hotel unos cuantos centenares de fans adolescentes hicieron noche por verles pasar, tocarles o hacerse un selfie con ellos. Me diréis que esto ya lo "inventó" Elvis, sí, pero estos chicos son algo muy diferente a Elvis, Sinatra o los Beatles.
La gente se ha cansado de si soy de derechas, este partido, si soy de izquierdas, este otro. En Barcelona, desde hace unos meses, gobierna Barcelona en comú, partido de izquierdas, de pocos meses de vida surgido a partir de las ideas del 15M. Partidos como Esquerra republicana y Convergéncia Democrètica de Catalunya, que entre ambos llevan mas de un siglo de política, llevan semanas negociando con Candidatura d'Unitat Popular que tiene solo un par de décadas de vida y lo deciden todo por asamblea. Para las elecciones del próximo 20 de Diciembre, la gente esta agobiada porque como poco tendrán que elegir entre dos o tres partidos mas, tanto de izquierdas como de derechas.
La revolución robótica de la que ya os he hablado otras veces, unida a la crisis económica, que no de ideas han hecho que nazca el crowdfunding. No penséis en nada sexual, lo cual también ha cambiado y mucho, sino lo que en castellano sería micromecenazgo, cuando la RAE acepte el término. Gente con ideas de construir cosas por un lado, y por el otro gente que hace pequeñas aportaciones para que esta se lleve a cabo. En webs como Verkami, Kickstarter, Indiegogo o Lanzanos puedes encontrar proyectos a los que apoyar. Con impulsos como estos y con las impresoras 3D, ese invento que va a cambiarnos la vida mucho mas de lo que pensamos, la universidad holandesa de Delft ha sacado un dron médico que en cuestión de un minuto después de tu llamada a emergencias te puede hacer llegar por aire un desfibrilador, insulina o lo que sea.
Todo el tema de los refugiados que tenemos paralizados en el norte de Europa o los que día a día cruzan el mar de África a Europa en pateras, tiene mala solución, porque con el solo acogerlos tampoco arreglamos nada, pero les guste o no a mucha gente ha sido el punto de inflexión del que hablarán los libros de historia explicando que después de varios siglos, Europa cambió. En cuanto al trabajo olvidate todo lo que ha sido normal hasta ahora. Cada día hay mas gente, pero se consume menos, con lo que se produce menos, con lo que hay mas gente sin trabajar, con lo que no se genera la riqueza suficiente para que los muchos que no somos ricos tengamos una vida decente... algo ha de reventar, y la solución como en siglos pasados no es esperar a una nueva guerra que haga disminuir la población y aumentar la producción. Este es un cambio en el que hay que ir empezando a pensar. Al igual que de donde sacamos energía y como nos estamos cargando al planeta. Tened en cuenta que a él, como pasa con nuestras neuronas, no sabe que existimos ni le importamos, con lo que nos acabará eliminando si es necesario. Y parece que en esta dirección volvemos a mirar hacía las estrellas, a ver si esta vez es la buena y salimos a navegar por el espacio.
Ya están vacíos, pero no tardaremos mucho tiempo en eliminar los buzones de nuestras casas. Las facturas, las cartas, las notificaciones oficiales, la comunicación entre personas ha cambiado radicalmente. Solo la gente mas mayor no está adaptada, pero de aquí poco, mi generación serán esos mayores, y el que menos tiene cuenta de correo electrónico y smartphone.
Si los novios no se arrepienten, en un par de semanas asistiré, desde Barcelona, a mi primera boda vía internet (o ya veremos que pasa) de un amigo Paraguayo, que se casa en Chile. Los tiempos están cambiando, una vez mas, como ya se dio cuenta aquel cantautor hace mas de medio siglo. Seguramente lo harán mas lentamente de lo que parece ya que sigue habiendo una buena parte de la sociedad que no desea moverse, que dice que no a los cambios y "a los inventos", pero como ya sucedió con las viejas ideas en los 60, en los 80, acabarán cayendo.


Un joven Samuel Reshevsky, de 8 años, demostrándoles a unos sabios franceses en el juego del ajedrez en 1920, que todo esto de los cambios no es nada nuevo.

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