Zasca digital a tu vida

Hola,

La tecnología actual nos permite la comunicación con toda la gente que nos rodea. Nos permite estar informados de que hacen aquellos que tenemos cerca cuando no estamos con ellos, y de las vidas de aquellos que por trabajo, distancia o vida ahora mismo no tenemos a nuestro lado.
Luego existe eso a lo que llaman big data. Las empresas que hay detrás de las redes sociales recopilan una gran cantidad de datos sobre nosotros de forma legal, alegal o ilegal, pero no es mas que un batiburrillo de datos sin sentido aparente. El big data es esa herramienta que a partir de fórmulas matemáticas complejas encuentra un patrón en nuestros datos y les da sentido. Así, si nos gusta el color marrón y las camisas, el big data recomendará a la red social de turno que nos publicite esa tienda que vende aquellas preciosas camisas marrones. Basándose en estas técnicas y en otras teorías como los siete grados de separación, que teorizan que entre nosotros y cualquier otra persona del planeta, aunque no nos conozcamos personalmente, existe relación no más lejana de siete personas, son capaces de ofrecernos esas sugerencias de "quizás conoces a..." o "hoy hace ... años que...".
Gran herramienta esta donde las haya, que nos permite volver a saber de ese compañero de pupitre que ya habíamos perdido la pista, de aquel ex-compañero de trabajo al que odiamos a muerte, pero también un buen día y sin quererlo te topas con la sugerencia de aquella persona que provoca un ¡zasca! en tu estable y perfecto mundo. Eso que antes solo sucedía cuando haciendo mudanza te topabas debajo de los viejos edredones, al fondo del armario, con aquella caja de zapatos que ya habías olvidado, y que al abrirla para ver que zapatos eran aquellos, te encontrabas que lo que contenía era aquel recuerdo que guardaste ahí para no volver a ver. Con las viejas fotos en papel, con las cartas de amor desesperado, con aquella pequeña concha de mar que... siempre hemos tenido la posibilidad de destruirlas en lugar de guardarla en la vieja caja, pero con las redes sociales eso es imposible. Aquella foto, aquel vídeo, ese comentario en un muro, que la red social te devuelve, pues acertadamente cree que es parte de tu vida, no la puedes eliminar ya que no es de tu propiedad, pero el volver a toparte con ello nos provocará mas de un ¡zasca! y mas de una sesión extra en el psicólogo.
Mientras que la vieja caja de zapatos solo nos podía traer algo del pasado, las redes también nos traen el presente, y quizá no nos guste el presente de los que aparecen en las fotos. También se da la paradoja del efecto en la otra dirección, ¿eres consciente de que causará esa foto de tu muro si la ve según que persona que una vez pasó por tu vida?
La tecnología es fría y sin sentimientos, pero nosotros nos encargamos de llenarla de sentimientos, recuerdos y pensamientos propios actuales de manera publica, que a saber como nos afectarán, y afectarán a otros, en el futuro. Ya se que a esto es a lo que llamamos preocupaciones del primer mundo, pero mientras vivamos en él no dejará de ser parte de nuestras preocupaciones.


Autor: Adam Birkett

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