Males del primer mundo

Hola,

Ayer no hubo un post, por toda una suerte de catastróficas desdichas. Hace tiempo que descubrí que no se puede escribir tonterías periódicamente, no es viable. No porque no lo puedas hacer, que puedes ponerte día a día, sino porque hoy estas inspirado, o lees cuatro noticias chulas de las que hablar, y mañana no tienes nada que  decir, o no pasa nada que quieras resaltar. Así que escribo lo que me surge, sea cuando sea y lo dejo programado para que vaya saliendo. En cambio, en días especiales como el de ayer, que era mi día, el día de todos los que nos llamamos Jordi, Jorge, George, Yuri, Jorginas, Ginas... y que en mi casa se celebran especialmente, pues espero a última hora para poner algo especial.
Además sant Jordi es el patrón de Cataluña y el 23 de abril el día del libro, y la ciudad de Barcelona se llena de tiendas de libros en plena calle y escritores firmando dedicatorias en ellos, y de rosas. Las rosas es porque en Cataluña sant Jordi es el equivalente mundial al día de san Valentín, o el día de los enamorados, y estas son parte de la leyenda de san Jorge, el dragón y la princesa. Así que lo juntamos todo, y los enamorados, y todos los demás, se regalan libros y rosas.
Mis sobrinas, por ser el día de mi santo, me regalaron unas cajas pintadas por ellas, y unos llaveros que ya llevo conmigo. Una camiseta con Snoopy, sabanas y toallas, nunca hay que dejar de lado la parte útil. Hubo comida especial y un pastel, y todo debía de suceder en mi casa.
Como podéis ver todo un suceso de hechos de los que podría haber hablado sin problema, en cambio, la madrugada del sábado al domingo, alguien por maldad o estupidez, provocó de nuevo el incendio de varios de los contenedores de basura de mi calle. Casos similares ya os los he contado otras veces, pero esta vez las explosiones eran mayores y la altura de las llamas mayores que las que recordaba. Las consecuencias han ido mas allá de basura quemada, ya que también afectó parte de un balcón, chamuscó todo un muro y envió a paseo la luz, el teléfono e internet de toda la calle. Al no tener internet a mano, no pude ni subir imágenes con mis sobrinas, ni de la gente congregada en las calles de Barcelona, ni del espectáculo de magia que vimos e hizo alucinar a mi sobrina Leyre,.... además que fuera domingo, y que dios Messi tenía a todos enganchados en la silla, no facilito el hablar con el servicio técnico. Envié un sms, hable con un par de robots y una señora de acento gallego, y nadie pareció atender a mis palabras que hablaban de incendio y se limitaban a repetir el decálogo de preguntas que tienen escritas, para quitarse a los clientes pelmazos o técnicamente analfabetos. Por fin esta mañana he hablado directamente con un técnico y al mencionarle la palabra incendio su voz le ha mudado, y ha hablado de no se que del último mono, se ha pasado por mi casa y mi calle y parece que todo ya está funcionando.

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