Mitos de trabajar en internet
Hola,
Hace días que voy viendo la noticia que habla de unos chicos que se ganan la vida publicando fotos por no menos de 2800 euros. Veo como los alaban y como explican lo guai que es, pero nos mienten. No los chicos, sino los que redactan la noticia.
Nos engañan porque nos venden que mira estos chavales, hacen cuatro fotos con su móvil, y las marcas les pagan 2800 euros por ellas. ¡¡Que súper fuerte y súper guai!!!. ¡¡No trabajan, se tocan los cojones y se lo llevan calentito!! Esto lo lee cualquier chaval en medio de una crisis existencial y piensa que colgando cuatro fotos en Instagram, se va a forrar.
La única verdad que parecen contar del señor Jack Morris y la señora Lauren Bullen es que son jóvenes. Yo casi les doblo la edad, así que lo son. Aunque utilicen su web e Instagram para promocionar su trabajo son fotógrafos como los de toda la vida, como lo es el personaje de Robert Kincaid en Los puentes de Madison (1995), para que todos tengamos un ejemplo conocido. Al igual que este sus fotos son pensadas y diseñadas al milímetro. Las fotos son ejecutadas con material de calidad profesional. Leí que una Canon 5D MK3 y una Sony A7S II.¿Qué los dos salen en sus propias fotos? Sí, porque a parte de saber hacer fotos son guapos, y eso que se ahorran en modelos mientras dan una falsa sensación de cercanía y naturalidad. La diferencia básica entre un Robert Kincaid y Moris & Bullen es la manera de explotar esas fotos. Mientras los primeros lo hacen en revistas especializadas, publicando libros o montando exposiciones, ahora tienes en tus manos medios como Instagram que difunden tu trabajo a mas gente y en menos tiempo. Si tienes muchos seguidores, las marcas contactan contigo para que a través de tus fotos les hagas promoción, y con suerte te pagan 2800 euros por trabajo.
Así que detrás de la falsa idea de lo fácil que les resulta a esta gente ganar dinero, que simplemente van por los mundos haciéndose fotos tontas y les pagan, hay dos personas, fotógrafos profesionales, jóvenes, guapos o como poco fotogénicos, autónomos, que por solo 2800 euros han de viajar a según que parte del mundo, hacer su trabajo y que este cumpla el objetivo del cliente, porque de ello depende tener otro cliente. Cliente que tampoco sabes cuando aparecerá. Si las fotos no salen bien, no gustan al cliente, no gustan a los usuarios o no gustan a tantos usuarios como quiere su cliente, o les empiezan a salir arrugas, canas o michelines, perderán su fuente de ingresos. ¿dónde está lo guai o lo especial? No lo entiendo, es un trabajo tan viejo como lo es la fotografía.
Si os gusta la fotografía no dudéis pasaros por sus cuentas de Instagram y su web, las fotos están muy trabajadas y a mi me encantan.
Hace días que voy viendo la noticia que habla de unos chicos que se ganan la vida publicando fotos por no menos de 2800 euros. Veo como los alaban y como explican lo guai que es, pero nos mienten. No los chicos, sino los que redactan la noticia.
Nos engañan porque nos venden que mira estos chavales, hacen cuatro fotos con su móvil, y las marcas les pagan 2800 euros por ellas. ¡¡Que súper fuerte y súper guai!!!. ¡¡No trabajan, se tocan los cojones y se lo llevan calentito!! Esto lo lee cualquier chaval en medio de una crisis existencial y piensa que colgando cuatro fotos en Instagram, se va a forrar.
La única verdad que parecen contar del señor Jack Morris y la señora Lauren Bullen es que son jóvenes. Yo casi les doblo la edad, así que lo son. Aunque utilicen su web e Instagram para promocionar su trabajo son fotógrafos como los de toda la vida, como lo es el personaje de Robert Kincaid en Los puentes de Madison (1995), para que todos tengamos un ejemplo conocido. Al igual que este sus fotos son pensadas y diseñadas al milímetro. Las fotos son ejecutadas con material de calidad profesional. Leí que una Canon 5D MK3 y una Sony A7S II.¿Qué los dos salen en sus propias fotos? Sí, porque a parte de saber hacer fotos son guapos, y eso que se ahorran en modelos mientras dan una falsa sensación de cercanía y naturalidad. La diferencia básica entre un Robert Kincaid y Moris & Bullen es la manera de explotar esas fotos. Mientras los primeros lo hacen en revistas especializadas, publicando libros o montando exposiciones, ahora tienes en tus manos medios como Instagram que difunden tu trabajo a mas gente y en menos tiempo. Si tienes muchos seguidores, las marcas contactan contigo para que a través de tus fotos les hagas promoción, y con suerte te pagan 2800 euros por trabajo.
Así que detrás de la falsa idea de lo fácil que les resulta a esta gente ganar dinero, que simplemente van por los mundos haciéndose fotos tontas y les pagan, hay dos personas, fotógrafos profesionales, jóvenes, guapos o como poco fotogénicos, autónomos, que por solo 2800 euros han de viajar a según que parte del mundo, hacer su trabajo y que este cumpla el objetivo del cliente, porque de ello depende tener otro cliente. Cliente que tampoco sabes cuando aparecerá. Si las fotos no salen bien, no gustan al cliente, no gustan a los usuarios o no gustan a tantos usuarios como quiere su cliente, o les empiezan a salir arrugas, canas o michelines, perderán su fuente de ingresos. ¿dónde está lo guai o lo especial? No lo entiendo, es un trabajo tan viejo como lo es la fotografía.
Si os gusta la fotografía no dudéis pasaros por sus cuentas de Instagram y su web, las fotos están muy trabajadas y a mi me encantan.
Autor:
getrefe.tumblr.com
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