Vivimos días extraños

Hola,

Vivimos días extraños donde la legalidad, no olvidemos que todo es legal, supera a la justicia y el sentido común.
Vivimos unos tiempos en los que un alcalde se fotografía con una nariz de payaso al lado de un guardia civil, y acaba siendo imputado por una causa general contra el independentismo. Un chaval cambia en una imagen de Jesús la cara por la suya en Instagram. Puede ser de mal gusto, incluso puede que a la iglesia no le guste, pero en un estado aconfesional como el español, eso no es delito. Aún así es juzgado y multado por delito contra los sentimientos religiosos. Curioso que a día de hoy nadie sabe que cara tuvo el chico de Galilea, ¿cómo saben que no era esa? ¿Juzgaremos ahora a Robert Powell, Jim Caviezel, Willem Dafoe y muchos otros, por haberle puesto su cara a Jesús?. ¿Prohibirán ver La vida de Brian?
Un rapero, con mucho flow y tono irreverente, plasma en un tema como el anterior rey de España se gastó el dinero de los contribuyentes en cacerías por África y en amigas. Nada que toda la prensa no haya publicado ya, pero a él se le acusa de injurias a la corona y enaltecimiento a terroristas, quizá nació donde no debía. Llevan mas de cien días cuatro personas presas de manera preventiva. Nos previenen de sus peligrosas mentes puedan provocar disturbios y enfrentamientos como los que no han sucedido, y de los que parece que algún día el juez les piensa acusar. Les dicen que pueden pensar como quieran, pero que por pensar como quieren no les dejan salir hasta el día del juicio. En cambio tres chavales, drogados, atropellan a una chavala, la dejan morir, lo reconocen y un juez los deja en libertad con cargos hasta que se celebre el juicio.
Vivimos unos tiempos donde los Hoteles de la costa de Murcia, sortean entre las fuerzas del orden que estuvieron desplazados a Cahaluña, 200 fines de semanas para ellos y sus familias. Dicen que es por los agravios sufridos y los difíciles momentos que pasaron en Cataluña, lo que no explican es como eso se conjuga con el artículo 422 del código penal. ("La autoridad o funcionario público que, en provecho propio o de un tercero, admitiera, por sí o por persona interpuesta, dádiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideración a su cargo o función, incurrirá en la pena de prisión de seis meses a un año y suspensión de empleo y cargo público de uno a tres años.") Por suerte las fuerzas del orden no aceptarán, ¿no? A cambio los hoteles del Pirineo catalán sortean fines de semana entre el pueblo murciano que se manifestó, y fue apaleado, en contra del paso de un tren de alta velocidad por medio de su ciudad.
El mayor de los defraudadores del país, con varias causas abiertas, reconoce sin pudor que tanto el partido que ahora manda en el Gobierno de España, como su Presidente, son conscientes y participes de estos fraudes. El jefe de las finanzas del partido que ahora manda en el Gobierno de España reconoce haber repartido dinero en negro entre los miembros del partido. El ex-vicealcalde de la ciudad de Madrid, del mismo partido, reconoce financiación de las campañas electorales cargadas a los bolsillos de los madrileños. La jefa de prensa del Presidente del Gobierno, agradeció a principios de octubre a los periodistas la labor que están realizando en el conflicto catalán.
El presidente de Gobierno y su vice-presidenta, admiten que llamaron a los miembros del Tribuna Constitucional para apremiarles a tomar una decisión sobre la investidura del President de la Generalitat. Por suerte hay separación de poderes. Por cierto la decisión del TC es sobre si se puede prohibir la investidura de un candidato legalmente elegido y sobre el que no pesa ninguna pena. Uno de los ex-ministros del Gobierno confirmo que España cedió 313 soldados a Letonia a cambio de que esta no apoyara el independentismo catalán. Y aquí no pasa nada, y los malos son los que denuncian.
La televisión pública traduce actes valents (actos valientes) de un documento de un partido político, por actos violentos, y formulan toda una noticia sobre ello cargando contra los que defienden la independencia. Un mecánico decide no reparar mas coches de las fuerzas del orden tras los actos del 1 de octubre, es su negocio, tiene derecho de decidir a quien sirve y a quien no, y se le ha juzgado por un delito de odio.
Quizá sea yo el que ya no entienda nada y todo esto sea normal, pero no quiero esta normalidad para míos.
Tampoco entiendo la postura que tan bien retratan Iñaki & Frenchy en el chiste, pero al menos le ponemos un poco de humor.



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