Los genios no deberían morir
Hola,
A la seva edat pensa en la mort? (¿A su edad piensa en la muerte?) - Le preguntó el periodista. No està demostrat que m'hagi de morir (No está demostrado que me tenga que morir) - contestó Eduard Punset. Con respuestas y explicaciones tan simples como complejas como esta, el genio del siglo XX nos conquistó a muchos.
Así que hace unas horas ha comprobado empíricamente que si se iba a morir, aunque como le recordó al periodista, esto "no demuestra nada". Nació en Barcelona un día tan marcado en la historia como un 20 de noviembre de 1936, se licenció en derecho, estudió economía y habló de ella en la BBC, se exilio, se unió al partido comunista en Burdeos, París y Londres, luego formó parte del primer gobierno democrático después de la dictadura y eso que eran de derechas, y mas tarde fue diputado en la Unión Europea. Saltó a la fama mediática cuando en 1996 empezó a explicarnos los conceptos mas complicados de la ciencia en una programa en La2, quizá uno de los canales con menos audiencia de la historia, pero todo el mundo lo sintonizaba para ver Redes. Como algún pijo soltará era como un hombre del renacimiento, hacia muchas cosas, tocaba muchos temas y todos bien.
Yo tuve la suerte de escucharle en directo ya hace 6 años y no defraudo porque lo suyo siempre fue explicar cosas por complejas que fueran y hacerlas sencillas. Como dice la canción de Mecano "... los genios no deberían morir..."
Por si alguien sigue planteándose lo de "No está demostrado que me tenga que morir" la explicación es simple. Dentro del ser humano no hay ningún factor que señale que ha de morir. La razón por la que esto sucede es por el desgate de las células, o como le ha sucedido a Punset por el mal funcionamiento de ellas (cáncer), que acaban provocando que los órganos que nos mantienen con vida se detengan. Si fuéramos capaces de regenerar o evitar el desgastes de nuestras células, salvo accidente que detuviera bruscamente el funcionamiento de uno de nuestros órganos vitales (un disparo al corazón por ejemplo), seriamos inmortales. Lo que Punset le plateó ese día al periodista es que ante la imposibilidad de saber si tus células están sufriendo ese desgaste, puedes suponerlo pero no demostrarlo, no hay razón para afirmar que te vayas a morir, ni todo lo contrario.
A la seva edat pensa en la mort? (¿A su edad piensa en la muerte?) - Le preguntó el periodista. No està demostrat que m'hagi de morir (No está demostrado que me tenga que morir) - contestó Eduard Punset. Con respuestas y explicaciones tan simples como complejas como esta, el genio del siglo XX nos conquistó a muchos.
Así que hace unas horas ha comprobado empíricamente que si se iba a morir, aunque como le recordó al periodista, esto "no demuestra nada". Nació en Barcelona un día tan marcado en la historia como un 20 de noviembre de 1936, se licenció en derecho, estudió economía y habló de ella en la BBC, se exilio, se unió al partido comunista en Burdeos, París y Londres, luego formó parte del primer gobierno democrático después de la dictadura y eso que eran de derechas, y mas tarde fue diputado en la Unión Europea. Saltó a la fama mediática cuando en 1996 empezó a explicarnos los conceptos mas complicados de la ciencia en una programa en La2, quizá uno de los canales con menos audiencia de la historia, pero todo el mundo lo sintonizaba para ver Redes. Como algún pijo soltará era como un hombre del renacimiento, hacia muchas cosas, tocaba muchos temas y todos bien.
Yo tuve la suerte de escucharle en directo ya hace 6 años y no defraudo porque lo suyo siempre fue explicar cosas por complejas que fueran y hacerlas sencillas. Como dice la canción de Mecano "... los genios no deberían morir..."
Por si alguien sigue planteándose lo de "No está demostrado que me tenga que morir" la explicación es simple. Dentro del ser humano no hay ningún factor que señale que ha de morir. La razón por la que esto sucede es por el desgate de las células, o como le ha sucedido a Punset por el mal funcionamiento de ellas (cáncer), que acaban provocando que los órganos que nos mantienen con vida se detengan. Si fuéramos capaces de regenerar o evitar el desgastes de nuestras células, salvo accidente que detuviera bruscamente el funcionamiento de uno de nuestros órganos vitales (un disparo al corazón por ejemplo), seriamos inmortales. Lo que Punset le plateó ese día al periodista es que ante la imposibilidad de saber si tus células están sufriendo ese desgaste, puedes suponerlo pero no demostrarlo, no hay razón para afirmar que te vayas a morir, ni todo lo contrario.
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