Confinados (14)

Hola,

Aunque alguien piense que los que habían desaparecido los quemaban y delataban brujas en la edad media, los que quemaban libros y discos a principios del siglo XX o lo chivatos de la guerra fría, en realidad simplemente no habían tenido una razón importante por la que alzar la voz estos últimos años. Ahora ya la tienen, perseguir a los que se saltan las normas para prevenir la pandemia.

Da igual el hecho histórico que investigues la manera de actuar es la misma y se parte de las mismas mentiras. Se parte de que el ser humano es perfecto y que todos somo iguales. Así que yo soy perfecto, todos tienen o carecen de lo mismo que yo, todos actúan y piensan igual que yo, y tampoco hay otra opción. Así que todo aquel que no hace lo que yo, mal. Además la autoridad competente suele dar unas directrices, así que quien nos las cumple a rajatabla es un infiel, un hereje, un espía o ahora un contagiador. Así estos personajes se erigen en defensores o protectores, de la fe, la moral, el país o la salud mundial y te lo hacen saber.

Estoy muy a favor de las medidas de protección, las estatales y las personales, y aunque crea que al final todos caeremos en algún momento también creo que es mejor que sea lo mas tarde posible, y con mucha suerte, nunca. Esto no  hace que esté ya hasta los mismísimos cojones de los adalides de las máscarillas, de los nazis de balcón, de los que te miran con altanería por la calle, de denuncias de infracciones puntuales en los medios de comunicación,... id todos a cagar al monte. Vive y deja morir que decía James Bond.

Autor: Tim Mossholder