Dos años y cero cambios

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El pasado 20 de agosto se cumplieron dos años desde que una pequeña Greta Thumberg faltó a clase para sentarse delante del edificio de su gobierno en Suecia con un cartel en un cartón que decía "Skolstejk för klimate". En este tiempo ha sido atacada por los mayores medios de comunicación, por jefes de gobierno, por políticos de tres al cuarto y ha sido menospreciada e insultada por sus síndromes, como si ella pudiera hacer algo por evitarlos. Se la ha acusado de estar al frene de organizaciones que desean que todo sea ecológico y sano, pero parece que en estos dos años lo que no ha conseguido  es que nadie le escuche, al menos nadie de los que pueden hacer nada.

Por si nunca te has parado en escucharla, te informo que no vende nada. Simplemente repite una y otra vez lo que los científicos llevan décadas dejando por escrito en los informes. Lo repite allí donde quieren escucharla, la ONU, el Vaticano, las cumbres mas importantes, las reuniones mas pequeñas y ayer mismo, por ejemplo, estuvo con la canciller alemán.

Da igual si crees o no a Greta o en la crisis climática, las opciones son cuatro. Si adoptamos las medidas que dicen los científicos, y que vocea Greta, da igual si la crisis climática es verdad o no, el mundo de nuestros hijos siempre será mejor que el actual. Si no adoptamos las medidas y la crisis es mentira, no pasará nada, pero si es verdad nuestros hijos vivirán en un planeta infinitamente peor que el actual. No creo que la elección sea complicada, pero llevamos dos años de nada.


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