Fin del año 45
Hola,
El año 45 pintaba simplemente como una resaca de un intenso año 44 que nos había llevado a París, a Disneyland y a celebrar la comunión de mi sobrina mayor, pero todo ha dado un vuelco para peor. Sí, este ha sido el año del virus. A finales de 2019 las noticias llegaban del lejano oriente de un virus que enfermaba a mucha gente y mataba a otra, pero como siempre parecía algo lejano, o eso nos hicieron creer, pero la realidad es que era una pandemia en toda regla. Esto ha provocado que haya pasado varios meses encerrado en casa, nomas saliendo a la calle unos pocos minutos a la semana para ir a comprar comida mientras nos inculcaron tener miedo a respirar y a tocar. Una vez pasado el confinamiento se le añadió el distanciamiento social, sí social no físico, ya que no quieren que nos relacionemos. Le llaman distanciamiento físico pero revisa las normas, todo lo que se te pide es que no te relaciones a no ser que eso de dinero. Poco a poco se le va viendo la patita al lobo y los que hemos puesto al mando nos demuestran que se mueven por defender a los poderosos mientras intentan no perder votos. Ya os aviso que detrás de esta crisis vendrán otras, y que la mas gorda de todas ya está aquí pero la seguimos metiendo debajo de la alfombra: la crisis climática. Y esta no se pasará quedándose en casa. Ya sería momento de tomar las calles, yo ahí lo dejo.
Pasando a lo personal llevo mitad del año ganando solo una parte de mi sueldo, solo trabajando la mitad de horas con la previsión que cuando esta excepcionalidad termine estaré en la puta calle, aunque para eso aún queda tiempo. Llevo meses sin ver a ninguna de las personas que eran habituales en mi día a día, sin relacionarme mas allá del ohana. Ese grupo de seres vivos los cuales siempre están ahí. De este ohana en febrero, antes de que nos confinaran, perdimos a Stitch. "¿Por qué me preguntas cuanto te echao de menos?" que dice la canción. Virus a parte mientras haya salud, dirán algunos, pero voy a empezar los 46 con mi padre una vez mas en el hospital, que no porque sea algo que pasa a menudo no deja de ser muy preocupante. Mi abuela cada vez es mayor y cada vez va teniendo mas cosas. Lo peor de no dejarnos salir ha sido no ver a mis sobrinas y no achucharlas. Las dos crecen rápido, fuerte y muy muy inteligentes. La mayor entrando a toda velocidad en la pre adolescencia, preguntándose mil cosas, teniendo cada vez mas claro que hay una parte del mundo que es una mierda y que hay un millar de cosas que le asustan. La pequeña es una niña de 6 años con las habilidades de una de 8 que fuerza todos los días por ser como su hermana de 10 que en realidad ya esta en los 15. Demasiadas cosas que se le escapan y que tanto a ella como a nosotros nos cuesta manejar. Mi hermana no pudo celebrar sus 40 como se merece y trabaja como profe lo cual se ha convertido en un o de los trabajos mas de riesgo de la actualidad. Mi cuñado ha perdido el trabajo.
Paro porque no le encuentro nada bueno a este año 45 que abandono. Por ponerlo en palabras del recientemente desaparecido Pau Donés: "Hace días que te observo y he contado con los dedos cuantas veces te has reído, una mano me ha valido. Hace días que me fijo. No sé que guardas ahí dentro. A juzgar por lo que veo nada bueno, nada bueno".
Me siento como en una tabla de surf en medio de un temporal que no deja de golpearme pero que no crea ninguna ola que se pueda aprovechar para llagar a la playa, así que solo me queda esperar, protegerme lo mejor posible ante embates para no ahogarme, remar cuando se pueda y esperar a que llegue la calma.
El año 45 pintaba simplemente como una resaca de un intenso año 44 que nos había llevado a París, a Disneyland y a celebrar la comunión de mi sobrina mayor, pero todo ha dado un vuelco para peor. Sí, este ha sido el año del virus. A finales de 2019 las noticias llegaban del lejano oriente de un virus que enfermaba a mucha gente y mataba a otra, pero como siempre parecía algo lejano, o eso nos hicieron creer, pero la realidad es que era una pandemia en toda regla. Esto ha provocado que haya pasado varios meses encerrado en casa, nomas saliendo a la calle unos pocos minutos a la semana para ir a comprar comida mientras nos inculcaron tener miedo a respirar y a tocar. Una vez pasado el confinamiento se le añadió el distanciamiento social, sí social no físico, ya que no quieren que nos relacionemos. Le llaman distanciamiento físico pero revisa las normas, todo lo que se te pide es que no te relaciones a no ser que eso de dinero. Poco a poco se le va viendo la patita al lobo y los que hemos puesto al mando nos demuestran que se mueven por defender a los poderosos mientras intentan no perder votos. Ya os aviso que detrás de esta crisis vendrán otras, y que la mas gorda de todas ya está aquí pero la seguimos metiendo debajo de la alfombra: la crisis climática. Y esta no se pasará quedándose en casa. Ya sería momento de tomar las calles, yo ahí lo dejo.
Pasando a lo personal llevo mitad del año ganando solo una parte de mi sueldo, solo trabajando la mitad de horas con la previsión que cuando esta excepcionalidad termine estaré en la puta calle, aunque para eso aún queda tiempo. Llevo meses sin ver a ninguna de las personas que eran habituales en mi día a día, sin relacionarme mas allá del ohana. Ese grupo de seres vivos los cuales siempre están ahí. De este ohana en febrero, antes de que nos confinaran, perdimos a Stitch. "¿Por qué me preguntas cuanto te echao de menos?" que dice la canción. Virus a parte mientras haya salud, dirán algunos, pero voy a empezar los 46 con mi padre una vez mas en el hospital, que no porque sea algo que pasa a menudo no deja de ser muy preocupante. Mi abuela cada vez es mayor y cada vez va teniendo mas cosas. Lo peor de no dejarnos salir ha sido no ver a mis sobrinas y no achucharlas. Las dos crecen rápido, fuerte y muy muy inteligentes. La mayor entrando a toda velocidad en la pre adolescencia, preguntándose mil cosas, teniendo cada vez mas claro que hay una parte del mundo que es una mierda y que hay un millar de cosas que le asustan. La pequeña es una niña de 6 años con las habilidades de una de 8 que fuerza todos los días por ser como su hermana de 10 que en realidad ya esta en los 15. Demasiadas cosas que se le escapan y que tanto a ella como a nosotros nos cuesta manejar. Mi hermana no pudo celebrar sus 40 como se merece y trabaja como profe lo cual se ha convertido en un o de los trabajos mas de riesgo de la actualidad. Mi cuñado ha perdido el trabajo.
Paro porque no le encuentro nada bueno a este año 45 que abandono. Por ponerlo en palabras del recientemente desaparecido Pau Donés: "Hace días que te observo y he contado con los dedos cuantas veces te has reído, una mano me ha valido. Hace días que me fijo. No sé que guardas ahí dentro. A juzgar por lo que veo nada bueno, nada bueno".
Me siento como en una tabla de surf en medio de un temporal que no deja de golpearme pero que no crea ninguna ola que se pueda aprovechar para llagar a la playa, así que solo me queda esperar, protegerme lo mejor posible ante embates para no ahogarme, remar cuando se pueda y esperar a que llegue la calma.
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