Soy sólo un actor que olvidó su guión
Desde las culturas mas antiguas hay la creencia que veintiún días son suficientes para que el ser humano adquiera un nuevo hábito. Ya se han cumplido esos veintiún días desde que te fuiste, así a las bravas, sin avisar, sin despedidas como dios manda, sin un hasta luego muchachos, allí os espero, ojalá que tardéis en venir a visitarme y que seáis felices aquí, os quiero y esas cosas que ya sabéis.
Han pasado veintiún días en los que reducimos el mundo a hacer lo justo para que el día deje pase a la noche, en esta podamos dormir poco y mal para que salga rápido de nuevo el Sol, porque sino sería todo demasiado doloroso. El otro día recibí la confirmación del Sants que te daban de baja, lo pedí por mail para no tener que hablar con nadie y por allí me contestaron, han tardado días, así que en el intento de pasar rápido el día ni recordaba el tema y al abrir el mail allí estaban sus palabras amables y cariñosas de pésame, y no pude dejar de llorar durante un rato. Gracias a la puta pandemia y al teletrabajo esto me paso en casa, sin nadie cerca, sin nadie que pudiera empeorar la situación con inútiles palabras de ánimo. Intentamos evitar a los vecinos, tú tenías una conversación amable para todos y todos ellos ahora se encuentran incómodos al coincidir. Tu marcha les ha pillado a pie cambiado, a muchos aún de vacaciones, y creen haber incumplido algún protocolo social asumido al no haberse enterado de tu muerte en su momento. Algunos incluso no pueden reprimir alguna lágrima de corazón y eso solo lo empeora todo, ¿por qué te has ido así?. Ahora tus nietas empezarán el cole, esto supone que mucha mas gente querrá saber porqué su abuelo no está allí para recogerlas. Saldrá algún ¿cómo está tu marido?, ¿cómo está tu padre que hace días que no lo veo? pronunciado con toda la buena fe y que será una piedra mas en la mochila.
En unos días será mi cumpleaños, el número cuarenta y siete, el primero de todos ellos sin ti, sin ti de verdad. No es como cuando fuiste a trabajar a Albacete o Madrid. Tampoco como esos nueve meses que perdí haciendo el imbécil vestido de mimeta. No son unas largas vacaciones. En todos esos momentos, por lejos que estuvieras era cuestión de coger un tren, un autobús, un coche,... y te podía tener de nuevo a mi lado. ¿Ahora qué?. Dicen que con el tiempo, que lo cura todo, todo se irá colocando en su sitio, y aunque a mi esa mierda nunca me ha servido esperaré a ver ésta vez pero de momento solo se que te hecho de menos, que no vas a volver y que sigo sin entenderlo y sin saber que vamos a hacer sin ti. Como dice la canción: Soy sólo un actor que olvidó su guion
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