Pasa cuando quieras

Uno de mis mayores miedos es el olvido. No a que se olviden de mi sino a que un día no llegue a recordar tu rostro, tu voz, tu olor o todas esas pequeñas cosas que te hacían ser tu.

Hace unos días la mama dejo el año setenta. Lo recordará toda la vida. Empezó con la rotura de cúbito y radio de Miriam, tu operación, la inoperancia de los médicos y enfermeras, el coma y tu repentina muerte cuando todo parecía superado. El ponerse sonotone y la muerte de la yaya pocas semanas detrás tuyo. El aprender a vivir sola por primera vez en setenta años y tener la clara visión que la siguiente en fallecer en la familia, dentro de mucho, sera ella.
Leyre también ha cumplido doce, otra cosa que te pierdes. Por cierto que ha muerto el abuelo de Alex, así que en poco Míriam y ella han perdido un abuelo y todos los bis que les quedaban.
No es que si estuvieras aquí el mundo sería diferente pero al menos lo veríamos con los ojos secos.
Y por favor recuerda, que cuando quieras, te puedes pasar a visitarnos.


22 de febrero de 2010


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