La verdad oficial

Hola,

El otro día estuve viendo Otros mundos: Otras señales. Temporada 2 Episodio 3 Otros mundos es una serie de Javier Sierra, escritos e investigador de eso que llaman misterios. En los capítulos nos cuenta diversas historias relacionadas con esto del misterio siempre ligandolo con su vida personal.
En este capitulo, que os recomiendo que veáis, habla de la historia de los hermanos Judica-Cordiglia. Nos traslada a la época de la carrera espacial. La URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) lanza el satélite Sputnik. El Sputnik  simplemente orbitaba la Tierra y emitía un pitido. Los rusos para que todo el mundo pudiera verificar su poder informó en que frecuencia se emitía el pitido para que todas las radio-estaciones del mundo pudieran captarlo.
Los hermanos Judica-Cordiglia eran dos jóvenes italianos con muchas ganas de aprender y construyeron una pequeña radio-estación para captar al Sputnik. Y lo consiguieron. Al poco se lanzó el Sputnik II, con la perra Laika en su interior, y volvieron a captarla. Fueron ampliando su radio-estación y sus conocimientos y se emocionaban con toda comunicación rusa o estadounidense que captaban. Así captaron comunicaciones humanas rusas antes de Yuri Gagarin y las hicieron públicas. Si recordáis Yuri Gagarin es oficialmente el primer cosmonauta de la historia, así que esas comunicaciones anteriores los rusos las tacharon de falsas y difamaron a los hermanos. También captaron transmisiones de una voz femenina antes de Valentina Tereshkova. Y nuevamente fueron acusados de mentir. Por supuesto de estas transmisiones anteriores a los hitos oficiales los hermanos las guardaron.
Oficialmente Gagarin y Tereshkova, son los primeros humanos en salir al espacio, aunque hay pruebas de que no fue así. Fueron los primeros que salieron al espacio y volvieron con vida, pero otros la perdieron y la URSS los borro de la historia, incluso de las fotografías.
Los conspiranoicos son eso conspiranoicos y muchas de sus teorías son descabelladas, pero los oficialistas no se quedan cortos. Por ejemplo, ante cualquier teoría conspiranoica de que pueda haber tal o cual cosa en el espacio, siempre te responden que algún observatorio lo vería y daría la voz de alarma. Hace mucho de lo de los hermanos Judica-Cordiglia pero cuando ellos captaron las señales de radio de los satélites rusos, el resto del mundo, incluido sus grandes enemigos los estadounidenses, también debieron de captarlas, pero callaron y callan, y los nombres de Gagarin y Tereshkova siguen en los libros de historia. Los conspiranoicos, pues eso hablarán de conspiranoia, y los oficialistas dirán que los hermanos Judica-Cordiglia mienten.
Mi conclusión tras ver la serie de Javier Sierra es que, a veces, las explicaciones oficiales no tienen porque ceñirse a la verdad



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