Ya hace siete años
Hola,
Ya hace siete años de aquel día. No queda nada de aquella pequeña cosa llorones, siete años ha sido tiempo suficiente para meter un huracán de ideas, de sentimientos y de investigación en un cuerpo que no es capaz de asimilar tantas cosas.
Entre todos los caminos siempre escoge el suyo, no siempre el mas fácil y del que muchas veces sale mal parada. Le quedan por aprender muchas cosas, no hablo de datos que estas los acumulará sin problemas cuando ella así lo quiera. Debe aprender a esperar, a tener calma en los momentos más complicados, no descargar sus frustraciones con los que mas ama, a no estar pendiente de que dirán, en confiar en ser la mejor versión de sí misma que será muy grande. Parece que esté describiendo a una adolescente, pero no, estoy hablando de mi sobrina pequeña aquella que hoy hace siete años que nació.
Mi Míriam favorita en todo el mundo, a la que más quiero y también por la que más sufro. Yo he hablado con una chica de veinte años mientras la miraba los ojos, siento los engranajes de su cabeza dando vueltas a cosas que ningún otro niño de siete años no le dará vueltas hasta dentro de una década. A una niña que algunas veces la vida se le hace muy grande y que me hace sentir impotente por no poder ayudarla, y otros estamos jugando a muñecas, donde yo siempre me llamo Pau y soy el hermano de sus muñecas.
Hay ratos que no es fácil ser el tío de Míriam pero no lo cambiaría por nada porque estar a su lado pinta que será una de las grandes aventuras de mi vida.
Ya hace siete años de aquel día. No queda nada de aquella pequeña cosa llorones, siete años ha sido tiempo suficiente para meter un huracán de ideas, de sentimientos y de investigación en un cuerpo que no es capaz de asimilar tantas cosas.
Entre todos los caminos siempre escoge el suyo, no siempre el mas fácil y del que muchas veces sale mal parada. Le quedan por aprender muchas cosas, no hablo de datos que estas los acumulará sin problemas cuando ella así lo quiera. Debe aprender a esperar, a tener calma en los momentos más complicados, no descargar sus frustraciones con los que mas ama, a no estar pendiente de que dirán, en confiar en ser la mejor versión de sí misma que será muy grande. Parece que esté describiendo a una adolescente, pero no, estoy hablando de mi sobrina pequeña aquella que hoy hace siete años que nació.
Mi Míriam favorita en todo el mundo, a la que más quiero y también por la que más sufro. Yo he hablado con una chica de veinte años mientras la miraba los ojos, siento los engranajes de su cabeza dando vueltas a cosas que ningún otro niño de siete años no le dará vueltas hasta dentro de una década. A una niña que algunas veces la vida se le hace muy grande y que me hace sentir impotente por no poder ayudarla, y otros estamos jugando a muñecas, donde yo siempre me llamo Pau y soy el hermano de sus muñecas.
Hay ratos que no es fácil ser el tío de Míriam pero no lo cambiaría por nada porque estar a su lado pinta que será una de las grandes aventuras de mi vida.
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