Mi primer TAC

Hola,

No se si recordáis la historia de "El niño cometierra", pero ese día el señor otorrinolaringólogo (el otorrino) me envío a hacerme un TAC, de esto hace casi un mes.
Un TAC es la maquinita esa en forma de tubo donde el doctor House pone de tanto en tanto a sus pacientes, mientras sus empleados se ponen detrás de unos cristales gruesos, esto siempre me ha dado mala espina. Te estiras en una camilla, te quedas quieto y esta entra y sale ella solita en el tubo, mientras la maquinilla en cuestión te hace una especie de súper radiografía.
Esta parte ha sido la mas corta y aburrida del día. He empezado levantándome pronto, yendo a trabajar una hora antes de lo habitual. He estado un par de horas en la oficina. Me he cruzado medio Barcelona y Hospitalet completo en metro, unos 45 minutos en total. He llegado al hospital, donde ya estaba mi madre, hemos preguntado y nos han enviado a una sala de espera.
Allí debía de haber una maquinita moderna que avisa que ya estas allí una vez pasas la tarjeta sanitaria. Después de buscar y buscar, nos hemos sentado a esperar sin encontrarla. Todo el que entraba tenia el mismo problema, donde esta la dichosa máquina. Al final ha salido una enfermera y ha informado, que saliendo, a mano derecha, en un pasillo estrechísimo, con el aspecto de aquellos pasillos en los que en las películas de miedo el asesino en serie mata a la rubia, pues que allí estaba. Allá hemos ido unos pocos, y después de identificar que el aparato era un trasto medio escacharrado he validado mi llegada. La pantalla ha puesto mi nombre, mi hora de visita y que esperara en la sala de espera. Después de esperar un buen rato, al final ha salido un hombre diciendo mi nombre, e informándome que esa no era la sala de espera para mi, sino que tenía que ir al pasillo de al lado.
Pasando el pasillo, al final de todo, había la sala del TAC y al lado una donde se oían martillazos y olía a pintura. Ha llegado un hombre en camilla y ha entrado. Al salir de la sala del TAC ha entrado otro, también en camilla, peo este enchufado a bombonas de oxígeno y con la maquinilla que todos hemos visto en las pelis haciendo pi, pi, pi,... He pensado que era mejor que él pasara primero, no fuera a ser que esperando aquello pasara a piiiiiiiiiiiii. Finalmente ha salido una mujer, me ha hecho entrar, quitarme el jersey. Me ha preguntado que si había comido en las cuatro últimas horas, si era diabético, alérgico a algún medicamento,.... no, no, no,... ¿y que haces con esa aguja en la mano? Y os lo aseguro, había cerrado la puerta con pestillo, se ve que no soy el primero con ganas de huir.
Me ha hecho estirarme en la camilla y remangarme para pincharme el contraste. Le he avisado que yo y las agujas no nos llevamos bien. Hoy Renata me ha preguntado ¿si soy un hombre o una rata? no he tenido tiempo a decirle que una rata. Al final con mucho auto-control, y sin querer mirar, he aguantado la aguja los diez minutos que ha durado todo. La prueba, lo que decía al principio. Tirado en la camilla y esta entra y sale sola, mientras el aparato gira. Diez minutos, aguja fuera y para la calle.
De vuelta al trabajo, otros 45 minutos de viaje subterráneo por Hospitalet y Barcelona, y trabajando hasta tarde. Luego ya en casa me he quitado el algodón y las tiritas que cubrían mi herida de guerra (foto), que de paso me ha regalado una depilación gratuita del brazo.
Ya veis que hoy ha sido un día movido, espero que ya mañana todo vuelva a la normalidad. Los resultados del TAC el lunes 23, el día de mi santo. Ya os contaré.

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