Esperando

Hola,

Llevo unas cuantas horas esperando a que nazca la que será mi nueva sobrina, y eso que a mi ni me toca nada, ni he de hacer nada mas que cuidar de Leyre y de chófer de parturienta, y estoy nerviosismo, impaciente, anheloso de que llegue ya y verle la cara. No quiero ni pensar como estaría si fuera yo el padre. ¿De verdad, de verdad, no queréis ninguna tener un bebé conmigo? Mirad que con estas experiencias ya tengo práctica adquirida, vamos que son méritos en el currículum de padre.
Imaginar a dónde llegará y cuando dejará el nivel intelectual de su tito Jordi al nivel del betún, cuanto tardará la NASA en darle plaza junto a su hermana para ir a descubrir nuevos mundos, o si el Nobel que le darán será el de Física o el de Química. Si será la nueva Gates o la nueva Jobs, el nuevo Zuckerberg. Y por supuesto, como va a sacar de pobre a su tito Jordi... en serio, me basta que sea feliz.
Lo que no tengo nada claro es que esta paciencia, estilo Jedi, a la espera que todo empiece para hacer mi parte y dejar que todo lo demás suceda, si la podría mantener si el bebé fuera mio. Lo dudo. En cambio, al tener la práctica de seguir dos partos de cerca tengo el nivel de aceptar guarrerias muy alto, que a uno le pilla desinformado de cosas como que es el tapón mucoso y luego duda de querer que el bebé salga.

P.d.: Quizá mientras estéis leyendo esto ya ha nacido, o quizá esté esperando a que sea martes y 13 para hacerlo, pero estas cosas ya serán cosas del destino, Dios o la autoridad pertinente.