Esperar sin saber a que
Hola,
No hay nada mas duro que la espera, cuando no sabes por cuanto tiempo. Se han aceptado los términos de la liquidación, estamos todos los trabajadores en un ERE, los posibles compradores tienen que presentar sus ofertas,... pero sigue sin haber una fecha concreta para poner el punto final a la empresa para la que trabajas. Aunque tengamos claro que en cien años la situación se habrá resuelto, mi cabeza necesita un dato mucho mas concreto.
Esta es la parte que nadie explica cuando te ves inmerso en el cierre de una empresa. Todo tiene su curso y sus plazos legales establecidos, sus máximos y sus mínimos, pero todo empieza cuando un señor en su despacho, entre un millón de papeles, coge el que a ti te afecta, se lo lee, y le pone un sello o lo que tenga que hacer con él. No conoces al señor, no conoces su carga de trabajo, ni sabes cuando va a hacer lo que tenga que hacer para que tu caso enfile la recta final. Mientras eso sucede tú solo puedes acudir cada día a tu puesto de trabajo y esperar.
Incluso una vez iniciado el proceso los tiempos para cada paso están fijados en semanas, y siempre hay unos cuantos días para alegaciones y reclamaciones, y otros tantos de espera de tal o cual cosa. Al menos en mi caso tanta indefinición me llena de dudas y ansiedad. No puedo planificar nada en el terreno laboral, porque no se cuando estaré libre de mis obligaciones contractuales. No puedo planificar gastos porque no se cuando me encontraré cobrando del estado. Por ejemplo, no puedo decidir si cambiarme la cafetera que tengo por coche, o si pagar una nueva reparación cuando le reviente otra cosa. Tampoco puedo decidir si me puedo ir de vacaciones, ni cuando. No se cuantos recibos mas de luz, agua, gas,... podré hacer frente. Y por suerte, no tengo hijos a mi cargo, ni tengo que decidir cosas como si les podré pagar el cole o no....
Puedo vivir al día y olvidarme del futuro, carpe diem, cosa que no cuadra demasiado con mi carácter. Puedo hacer cálculos de probabilidades de que sucederá, pero con la falta de datos el abanico de posibilidades aumentan exponencialmente. Puedo darle mil vueltas y escribir un post al respecto para que en un futuro le sirva como una pequeña guía a alguien. O puedo simplemente (des)esperar sin saber a que.
En episodios anteriores:
El plan B
Tirando la toalla
El partido está perdido
Concurso de acreedores ¿Y ahora que pasará?
Bailar bajo la lluvia
Con las mismas cosas en la cabeza que ayer
Demasiadas cosas en mi cabeza
Sin saber como ponerse
Paciente
Día extraño, absurdo, feo, surrealista
A la deriva
Hazte bolita
Despropósito
La larga espERE
¡Yowza!
No hay nada mas duro que la espera, cuando no sabes por cuanto tiempo. Se han aceptado los términos de la liquidación, estamos todos los trabajadores en un ERE, los posibles compradores tienen que presentar sus ofertas,... pero sigue sin haber una fecha concreta para poner el punto final a la empresa para la que trabajas. Aunque tengamos claro que en cien años la situación se habrá resuelto, mi cabeza necesita un dato mucho mas concreto.
Esta es la parte que nadie explica cuando te ves inmerso en el cierre de una empresa. Todo tiene su curso y sus plazos legales establecidos, sus máximos y sus mínimos, pero todo empieza cuando un señor en su despacho, entre un millón de papeles, coge el que a ti te afecta, se lo lee, y le pone un sello o lo que tenga que hacer con él. No conoces al señor, no conoces su carga de trabajo, ni sabes cuando va a hacer lo que tenga que hacer para que tu caso enfile la recta final. Mientras eso sucede tú solo puedes acudir cada día a tu puesto de trabajo y esperar.
Incluso una vez iniciado el proceso los tiempos para cada paso están fijados en semanas, y siempre hay unos cuantos días para alegaciones y reclamaciones, y otros tantos de espera de tal o cual cosa. Al menos en mi caso tanta indefinición me llena de dudas y ansiedad. No puedo planificar nada en el terreno laboral, porque no se cuando estaré libre de mis obligaciones contractuales. No puedo planificar gastos porque no se cuando me encontraré cobrando del estado. Por ejemplo, no puedo decidir si cambiarme la cafetera que tengo por coche, o si pagar una nueva reparación cuando le reviente otra cosa. Tampoco puedo decidir si me puedo ir de vacaciones, ni cuando. No se cuantos recibos mas de luz, agua, gas,... podré hacer frente. Y por suerte, no tengo hijos a mi cargo, ni tengo que decidir cosas como si les podré pagar el cole o no....
Puedo vivir al día y olvidarme del futuro, carpe diem, cosa que no cuadra demasiado con mi carácter. Puedo hacer cálculos de probabilidades de que sucederá, pero con la falta de datos el abanico de posibilidades aumentan exponencialmente. Puedo darle mil vueltas y escribir un post al respecto para que en un futuro le sirva como una pequeña guía a alguien. O puedo simplemente (des)esperar sin saber a que.
En episodios anteriores:
El plan B
Tirando la toalla
El partido está perdido
Concurso de acreedores ¿Y ahora que pasará?
Bailar bajo la lluvia
Con las mismas cosas en la cabeza que ayer
Demasiadas cosas en mi cabeza
Sin saber como ponerse
Paciente
Día extraño, absurdo, feo, surrealista
A la deriva
Hazte bolita
Despropósito
La larga espERE
¡Yowza!
Autor:
Greg Arment
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